Gonzalo Garteiz.- El bufete de Matías Cortés Domínguez y sus hermanos Luis y Antonio, quienes suman cuatro cátedras de derecho mercantil, financiero y tributario, es el gran beneficiario de la crisis del grupo Prisa. Su pericia legal y el hecho de que Matías sea miembro del consejo de administración del grupo de comunicación, les ha convertido en el despacho preferido por Juan Luis Cebrián y la familia Polanco para solventar los cuantiosos asuntos judiciales y mercantiles pendientes.
Las minutas pagadas a Cortés por Prisa desde que empezaron los graves problemas financieros del grupo en el año 2007 superaban los 22 millones a finales de junio según la información desvelada por la compañía española a las autoridades bursátiles de Estados Unidos en el folleto previo al acuerdo de capitalización que ha suscrito con Liberty. Esta operación ha elevado la factura legal sustancialmente ya que sólo en los seis primeros meses del ejercicio actual, cuando se ha tenido que modificar en tres ocasiones el plan acordado con la estadounidense a comienzos de año, las facturas de Cortés han sido de 6,92 millones, lo que indica que al cierre de la operación. En 2009, el bufete obtuvo de Prisa otros 8 millones, y en los dos ejercicios anteriores, 4,36 y 2,7 millones de euros respectivamente.
Las facturas, las de mayor cuantía, giradas por la filial del bufete Tescor Profesionales, corresponden a servicios de toda índole, desde consultoría hasta juicios, arbitrajes y asuntos comerciales. Jaime Terceiro ex presidente de Caja Madrid, consejero de Sogecable y hermano del también consejero de Prisa, José Terceiro, cobró 1 millón de euros el año pasado por consultoría financiera, con facturas emitidas por la misma empresa de Cortés. Estos cachés son mucho más elevados, a tenor de las cuantías facturadas, que los de Javier Díez Polanco, quien estando ya fuera del consejo, sólo ha cobrado 60.000 euros por servicios de consultoría del negocio de televisión, del que se le supone un gran conocimiento, a lo largo de este año. Igualmente, en este periodo de tiempo, un consultor muy experimentado, como es Carlos López Casas, hermano del consejero de Prisa de igual apellido, ingresó por servicios a Sogecable, 32.000 euros.
Las operaciones importantes de este año realizadas por Sogecable con Telefónica y Telecinco han servido también para engordar los ingresos del también consejero de la matriz, Gregorio Marañón, quien obtuvo 100.000 euros, cuando hasta ahora conseguía 60.000 euros anualmente.
Matías Cortés tiene todavía un largo recorrido de ingresos de carácter profesional con el grupo Prisa, ya que éste afronta muchas contingencias de carácter legal de elevado coste. Así, los abogados del bufete, Enrique Giménez Reyna, ex secretario de Estado de Hacienda, amigo de José María Aznar, y Andrés Castón, funcionario en excedencia de la Agencia Tributaria, se ajustarían al perfil legal necesario para defender al grupo en los numerosos pleitos que mantiene con Hacienda. Prisa ha garantizado con avales bancarios más de 200 millones de euros las actas firmadas en disconformidad.
Aunque en los últimos tiempos, la compañía presidida por Ignacio Polanco, ha cosechado importantes triunfos legales frente a Mediapro y el Barcelona (club de fútbol), los pleitos de diversa índole pendientes son importantes. Cableuropa (ONO) le ha ganado unos cuantos, lo que le ha obligado a pagar indemnizaciones, que serán reversibles si se ganan las apelaciones.
Los acuerdos extrajudiciales con las sociedades de derechos de autor, SGAE, AGEDI y AIE, sobre contenciosos de diferente signo, deben ir desarrollándose, lo que implica asistencia legal constante. Prisa también afronta expedientes con las autoridades reguladoras de Telecomunicaciones y Competencia.
Prisa negocia actualmente contrarreloj con los servicios técnicos de la Comisión Nacional de la Competencia, que preside Luis Berenguer, las concesiones para que se aprueben los expedientes de la venta de Cuatro a Telecinco, y la entrada de ésta última y Telefónica en el capital de la plataforma de satélite Digital+. Juan Luis Cebrián, consejero de Prisa, aseguraba recientemente que confiaba en que se alcanzaría un acuerdo en breve. Este acuerdo es necesario para poder convocar la junta de accionistas que debe aprobar la entrada de Liberty en el capital de Prisa.
El retraso en concluir esta operación, cuyo elemento vital, la ecuación de canje, ha sido modificado radicalmente a favor de los accionistas de la estadounidense, desde que se anunciara el 5 de marzo de este año, penaliza la cotización de la española, a 1,66 euros al cierre del viernes. Cuando se anunció por primera vez la operación, muy mal diseñada, Prisa cotizaba a 3,38 euros. Los fondos y particulares que desde entonces hayan jugado a vender las acciones de la española y comprar títulos de la estadounidense, han hecho un negocio imponente.
La evolución de los diferentes negocios del grupo español tampoco ha ayudado a sostenerla en Bolsa. El beneficio operativo del grupo ha caído ligeramente en los ocho primeros meses del año, de 294 millones a 285 millones, respecto al mismo periodo del año anterior, según los datos aportados al regulador bursátil estadounidense.