Milán bajó el 2,67 por ciento; París, el 2,46 por ciento; el índice Euro Stoxx 50, el 2,45 por ciento; Bruselas, el 2,27 por ciento; Fráncfort, el 2,2 por ciento; Portugal, el 2,19 por ciento, y Londres, el 2,08 por ciento.
En el terreno nacional, la presión ejercida sobre la deuda después de que las dudas se extendieran a Italia, que cubrió por escaso margen unas emisiones de bonos y de que la Comisión Europea dijera que España incumplirá el objetivo de déficit en 2011 volvió a perjudicar al mercado nacional, cuyo índice más significativo se dejó otro 2,3 por ciento.
La cotización del euro se depreció hasta fijar a la hora de cierre de la sesión bursátil a 1,31 dólares.
Los detalles del acuerdo de ayuda a Irlanda conocidos durante el fin de semana y el compromiso de crear a partir del 2013 el dispositivo permanente de resolución de crisis sólo sirvieron para resistir a los mercados durante algo más de una hora después de la apertura.
Lo ajustado de la demanda de deuda en la subasta celebrada por Italia, en la que colocó títulos a distintos plazos por algo más de 6.800 millones marcó el cambio de rumbo de los mercados.
El giro se vio ayudado con las negativas previsiones de la Comisión Europea para España. Según Bruselas Madrid superará en cuatro décimas el objetivo de reducción del déficit público, que ascenderá al 6,4 por ciento, desde el 9,3 por ciento previsto para este año.
Desde las firmas de analistas se precisa que todo proyecto que se anuncia pero cuyo funcionamiento esté por definir no ayuda. Es el caso de fondo permanente de previsión de crisis en el que se desconoce como participarán las entidades privadas, aunque hayan añadido que no se hará de forma global, sino analizando caso a caso. Para los mercados acostumbrados a la permanente sofisticación, increíblemente supone un lío. Pero contra los hechos no valen argumentos.
Aunque las declaraciones tras el rescate de Irlanda parecían muy prometedoras y sugerían que no habría que actuar hasta la reunión del Consejo Europeo del próximo día 16 en Bruselas, nada más lejos de la realidad. Quizás por ello incluso directores generales del supervisor advierten en privado que se estudian todas las alternativas. Incluida la de una asistencia del FMI.