Los seis más pequeños bancos creados a raíz de la fusión de las antiguas cajas de ahorros no han cerrado el mejor ejercicio conjunto de la historia. El beneficio conjunto de todos ellos se desploma un 42,35% en tasa interanual, hasta poco más de los 1.010 millones de euros frente a los 1.752 millones cosechados durante 2014.
Las causas son múltiples y muy diferenciadas por cada una de las entidades. Las que no han echado mano de los resultados por operaciones financieras (ROF), en la mayoría de los casos, han recurrido a las ventajas fiscales por las distintas ventajas fiscales de integración de algunas otras entidades. O si no, se han valido de ambas variables para cerrar su cuenta de resultados con mayor brillo.
Con independencia de las cifras ofrecidas hasta casi el último minuto, todos esos bancos instrumentales creados por las antiguas cajas de ahorros están desde hace mucho tiempo en el punto de mira de supervisores y del conjunto del sector financiero como piezas de caza, más o menos apetecibles.
En el mismo saco, se suele incluir a algunos otros bancos cotizados en el Ibex 35. Bankinter, con algunas de las mejora ratios (un ROE, o rentabilidad sobre recursos propios, del 10,9% y la morosidad más baja del sistema salvo Banca March) se niega con uñas y dientes a entrar en el club denominado de los 'siete enanitos'.
Algo similar le ocurre al Banco Popular, pese a la espectacular caída de sus beneficios durante el pasado ejercicio, hasta poco más de 105 millones de euros. Salvo BMN, la también entidad aún controlada por el Estado como Bankia, o Ibercaja, el resto de los bancos creados por cajas supera ese resultado. Además, el Popular supera la mayor ratio de morosidad del conjunto de los principales bancos del país.
Varios efectos
Con independencia del séptimo plato (o enanito) a pedir en el banquete de las nuevas fusiones, la evolución de los bancos de las antiguas cajas de ahorros ha sido muy dispar. En sus cuentas de resultados han pesado elementos que en otros ejercicios fueron más determinantes para presentar en beneficio más elevado.
El caso más claro es el de Abanca, la nueva marca de la fusión de las antiguas cajas gallegas, que bajo el control de los venezolanos de Banesco se anotan un desplome de su beneficio del 71,47%, al no contabilizar más activos fiscales. Eso sí, su beneficio de 2015 se sitúa en 330 millones y su morosidad se ha reducido hasta el 8,6% por el traspaso de activos tóxicos a la Sareb. Con esos datos y la evolución de su negocio, sus máximos responsables incluso se ven en posiciones compradoras.
Ibercaja Banco, la entidad en la que permanecerá Amado Franco como presidente tras la renuncia a la presidencia de la Fundación de la caja aragonesa, ha visto cómo su beneficio se mermaba en un 44,2%, hasta los 84 millones de euros, aunque con avances de sus ratios de cara a su próxima salida a bolsa. Al final, y pese a lo esperado, la presentación de los resultados del grupo financiero aragonés ha sido más oscurantista y sin más indicaciones sobre su intención de ser entidad cotizada.
BMN, otra entidad bajo el control accionarial del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria), ha obtenido un beneficio inferior en un 37,25%, por su esfuerzo descomunal en provisiones. Al final, la grupo presidido por Carlos Egea tan sólo se apunta un resultado de 64 millones de euros, el menor entre los principales bancos españoles bajo la órbita del Banco Central Europeo (BCE). Estos descensos de beneficios no compensan las mejoras registradas por Kutxabank, con un incremento de su beneficio del 45,5% hasta los 218,9 millones de euros.
Mientras, Unicaja eleva por distintos motivos no ajustados a la evolución del negocio, si no a afectos de la integración de Banco CEISS, su resultado neto hasta los 184 millones de euros, un 145,33% más. En ello también contribuye, sin duda, que ha sido el banco de las antiguas cajas que más ha incrementado sus resultados por operaciones financieras (ROF), hasta los 564 millones de euros, un 43,5% más que en 2014.
El histórico presidente de Unicaja, Braulio Medel, ha optado por no permanecer al frente del banco creado por la entidad malagueña y antes de junio se quedará con la presidencia de la Fundación de la caja, tal y como están obligados distintos directivos por la modificación de la nueva ley.