Si 20 años no son nada, como decía el tango, un lustro aún menos. Justo en la semana que se cumplen los cinco años del millonario rescate a la banca española en apuros, y que algunos vieron como rescate oculto a España, el balance tiene algunos aspectos positivos, pero son más los puntos que deben esclarecerse.
El 9 de junio de 2012, en plena tormenta de los mercados y con la primera de riesgo disparada por encima del 600, se anunciaba la petición de ayuda a Bruselas por un importe de 100.000 millones de euros, aunque luego se utilizara menos de la mitad (unos 41.000 millones).
Eso sí, esa millonaria petición de dinero para la salvación de los bancos de las antiguas cajas de ahorros no fue óbice para que el presidente del Gobierno actual y por aquel entonces, Mariano Rajoy, acudiera al estreno de la selección española de fútbol en la Eurocopa que se celebraba en Polonia y Ucrania. Y era sábado.
Tal vez por ese paralelismo histórico, en algunos cuarteles generales de algunos grupos bancarios se ha vivido con cierta tensión el pasado fin de semana. El Real Madrid diputaba en Cardiff (Gales) la final de la Champions frente a la Juventus de Turín. Y allí estuvo Rajoy.
Si en 2012 la mayor preocupación giraba en torno a la nacionalizada Bankia, ahora la preocupación se centra en el Popular. Eso sí, hace cinco años el ministro de Economía, Luis de Guindos, encaró el millonario rescate. En esta ocasión, Guindos estaba fuera, participando en el Club Bilderberg.
Mucho han cambiado las circunstancias. En 2012, las dudas eran casi generalizadas sobre la banca española e, incluso, sobre la situación macroeconómica del país. Ahora, los temores se concentran más en casos concretos, como el del Popular, y la evolución económica arroja signos más optimistas.
La devolución
Bankia ha pasado de ser la pesadilla del sector financiero a una potencial salvadora de algunas otras entidades. Incluso, el propio ministro de Economía, el mismo que hace cinco años asumía todo el millonario rescate, ha incluido al grupo presidido por José Ignacio Goirigolzarii en la terna de los potenciales compradores del Popular.
Por el momento, Bankia se centra en la integración de BMN, la otra entidad que se encuentra bajo el control accionarial del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Esta operación se ha decidido para poder recuperar el máximo de las ayudas públicas inyectadas al sector bancario español.
Ya desde hace tiempo, Bankia era el último salvavidas al que se acogía el Gobierno para poder recuperar parte de los 60.000 millones de euros que costará la reestructuración de la banca española durante estos años, según las últimas estimaciones del Tribunal de Cuentas a primeros de este año.
La salida del Estado de Bankia se ha logrado prorrogar por dos años más, ya que hubiera tenido que hacerse a finales de este año. Otra cuestión es si el tiempo ganado es suficiente o se necesita más capital público para el tambaleante Popular. Todos, incluido Luis de Guindos, descartan este extremo. Pero las incógnitas son tan grandes que dejan poco margen para desmentidos tan rotundos.