Según el último informe de Competitividad 2018 de IMD, sólo siete países de la región entran entre los 63 más competitivos del mundo: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Venezuela. Y, salvo Chile, todos se sitúan en las últimas posiciones de la tabla. Chile sigue siendo el más competitivo del área, pero aun así el año pasado permaneció en el puesto 35. Por detrás figuran México (51), Perú (54), Argentina (56), Colombia (58) Brasil (60) y Venezuela (63). El IMD evalúa 4 vectores para medir la competitividad: desempeño económico, eficiencia de Gobierno, eficiencia en los negocios e infraestructura (capítulo que incluye educación y sanidad), que engloban 258 indicadores.
Pese a su liderazgo, Chile no avanza en los últimos cuatro años. El año pasado descendió del puesto 34 al 41 en desempeño económico, aunque remontó en los tres restantes. El deterioro en el vector económico vino motivado por el bajo crecimiento (1,5% en 2017). El informe muestra que Chile ha perdido competitividad frente al período 2000-10 y que en los últimos cuatro años ésta se ha deteriorado. El nivel más alto lo registró en 2005, con el puesto 19.
Peor desempeño exhibe México, que en 2017 volvió a retroceder frente al año anterior (3 puestos) y que entre 2014 y 2018 cayó 10 lugares y 14 en los últimos seis años, como resultado de un empeoramiento en la percepción sobre su marco institucional, legislación empresarial y facilidad para hacer negocios. El país, que en julio celebra presidenciales clave, bajó del puesto 30 al 35 en desempeño económico en 2017, pese a mejorar en atracción de inversión internacional, finanzas públicas y política fiscal. Si en 2012 se situaba aún en el lugar 37 y en 2014 bajaba al 41, en 2017 cayó al 51. El informe señala como puntos más débiles la infraestructura (especialmente educación), la concentración de exportaciones, la corrupción y la seguridad.
Colombia, que también en 2018 celebra unas inciertas presidenciales, cedió cuatro puestos en 2017, del 54 al 58, debido a un aumento de los procedimientos burocráticos para la apertura de empresas y a las negativas percepciones en gobernabilidad y sistema tributario, así como un alza impositiva, si bien mostró una mejora importante en el comercio internacional (del puesto 55 al 49). En 2014, ocupaba el lugar 51 y en 2017, el 54. Los expertos recomiendan al país elevar la productividad, buscar nuevos sectores para potenciar el crecimiento y fortalecer las finanzas. En productividad y eficiencia empresarial está en los puestos más bajos entre los 63 países.
Perú mejoró levemente (un puesto), de la mano de una mayor eficiencia en negocios, pero suma cuatro años entre los 10 peores. Desempeño económico y eficiencia del gobierno son las grandes debilidades. En 2008, alcanzó su mejor puesto en el ránking (35) y desde entonces suma diez años de deterioro. Brasil, otro país que celebrará presidenciales en 2018 ganó un puesto, con leve mejora en eficacia en negocios, estabilidad en eficiencia institucional, deterioro en infraestructuras y amplia mejora en desempeño económico. Para el IMD el país tiene como retos mejorar la educación y los planes de infraestructura, la inversión en tecnología y preservar la credibilidad de su política macro.
Argentina avanzó dos posiciones, del 58 al 56, pese a empeorar en desempeño económico (del 56 al 60) y eficiencia institucional (del 58 al 60), debido a mejoras en eficiencia en los negocios e infraestructura. Los expertos aconsejan a Buenos Aires promover el crecimiento, reducir el déficit público y la inflación, potenciar la competencia interna para ganar productividad y alentar reformas que restauren la confianza en el sistema jurídico. Venezuela, por su parte, repitió un año más como último país de los 63 analizados por el IMD.
Para los analistas, que juzgan que el impulso al capital humano es aspecto fundamental, Latam debe dotarse de una estrategia de competitividad a largo plazo enfocada no sólo en el crecimiento, sino en el desarrollo del tejido social y educativo. Se juzga que variables como el crecimiento son muy volátiles, mientras que son más relevantes indicadores como la educación, cuyos resultados se ven a largo y que son temas más estructurales que puntuales, así como la productividad. El ránking 2018 de IMD, en el que España bajó del puesto 34 al 36, fue liderado por EEUU, Hong Kong, Singapur, Holanda, Suiza, Singapur, Holanda, Suiza, Dinamarca, Emiratos, Noruega, Suecia y Canadá.