"Lo que hemos visto estos días es un fuerte rebote de carácter más técnico que otra cosa en los tres bancos más grandes. Hay una primera explicación, y es que al ser valores más grandes y líquidos los operadores a corto se garantizan entrar y salir con facilidad. Y no hay que olvidar que son los inversores más especulativos los que están moviendo a la banca después de la temporada de resultados", señalan en una de las principales firmas nacionales.
Efectivamente, el sector está sometido a una extraordinaria volatilidad. Se desplomó en plena temporada de resultados con la misma velocidad a la que ha subido como un tiro en febrero. En este segundo mes del año, acumula una ganancia del 10% que ha llenado el bolsillo de los que apostaron por un rebote desde mínimos. Pero nada ha cambiado en los fundamentales del sector tras una cuentas de 2019 que básicamente dejan las cosas donde estaban.
Es decir, en las tinieblas que imponen los tipos de interés ultrabajos del Banco Central Europeo (BCE), que sacuden a los márgenes del sector. Todos los expertos están de acuerdo en que en ningún caso se puede hablar de cambio de tendencia en Bolsa. Sería una temeridad, porque los mensajes de los banqueros en las presentaciones de resultados han venido cargados de prudencia y moderación. No es tiempo de alegrías para el sector financiero.
Sobrecastigo bajista a los bancos
Pero los expertos creen que ha habido una sobrereacción bajista entre los bancos medianos y que la lógica dice que es hora de que empiecen a reducir distancias con los grandes. "Hay un caso como el de Sabadell que es especialmente llamativo. Sus resultados no justifican un castigo tan desproporcionado como el que ha sufrido. Y Bankinter ya tiene más que descontada la escisión de Línea Directa", señalan en una gestora internacional.
El fuerte rebote de febrero no debe hacer olvidar que los seis grandes bancos están cotizando a un PER medio de 8 veces que supone un desfase negativo de más del 10% respecto a la media del sector a nivel global. Los bolsistas creen que no hay razones para que a estos niveles no se vaya corrigiendo el desfase poco a poco, con los bancos medianos a la cabeza. Un movimiento que ya se empezó a ver tímidamente en la sesión de este miércoles.
Fuentes financieras aseguran que tampoco el factor político tras la formación del Gobierno en España justifique tantas diferencias, por el temor a un enfriamiento mayor de la economía española. "Es verdad que por diversificación geográfica los grandes bancos están más protegidos, pero eso no justifica tanta diferencia de comportamiento respecto a los medianos. Por ejemplo, BBVA tiene problemas en Estados Unidos y su presencia en Turquía no está precisamente exenta de riesgos", señalan.
El sector, que en las presentaciones de resultados se ha esforzado muy especialmente en recalcar que mantendrá a ultranza el dividendo, continúa con su imparable escalada en bolsa a pesar de las enormes dudas que suscita en la comunidad inversora. En realidad la banca no ha hecho sino volver a los niveles de la primera sesión del año, pero a dos ritmos bien diferenciados entre grandes y medianos. Los expertos esperan que éstos ultimos tomen el relevo ahora.