Seis años después, Deutsche ha vuelto a emitir en febrero bonos convertibles contingentes o 'CoCos' entre las dudas del mercado. Pero pronto fueron disipadas. El primer banco alemán colocó más de 1.100 millones de euros que los inversores le quitaron de las manos. La demanda total supero los 13.000 millones de euros en una prueba casi definitiva de que, con todos los matices que se quiera, muchos gestores creen que ya hay luz al final de un pozo muy profundo.
Por supuesto que los inversores corrieron a llenar las alforjas de 'CoCos' al calor de un cupón atractivo del 6%, pero no es menos cierto que esta operación habría sido impensable hace apenas dos meses, cuando el banco seguía hundido en bolsa entre un mar de dudas y un desafecto casi absoluto de inversores y analistas. Pero desde entonces, el equipo liderado por el primer ejecutivo Christian Sewing ha empezado a dar la vuelta a la tortilla.
Primero con unos resultados del tercer trimestre del año mejores de lo esperado, y después con la confirmación en las cuentas del cuarto de que la nueva estrategia está dando los primeros resultados. Los ingresos ya han entrado en la senda de la estabilidad y ya no hay dudas en la cúpula del grupo a la hora de mantener un ritmo constante e intenso en el duro proceso de ajuste de costes en el que el grupo está inmerso.
Nueva hoja de ruta
Si el primer objetivo era contener la caída libre, se ha conseguido. "Ha bastado con que se cumpla una parte de la nueva hoja de ruta para que el mercado reconozca que puede haber valor a estos niveles. Hablamos de un gigante que ha llegado a valer en Bolsa poco más de 10.000 millones de euros. Pero el zombi empieza a emitir algunas señales de vida y los inversores quieren aprovechar el momento para beneficiarse de los que puede ser una historia bursátil de reestructuración", señalan en una gran gestora nacional.
Tanto han cambiado las cosas que Deutsche Bank acumula una ganancia superior al 40% en bolsa este año. Es cierto que ha rebotado desde el mismísimo suelo, pero también lo es que la subida está siendo progresiva en 2020, sin apenas interrupciones. Y también con entradas de nuevos accionistas de relumbrón como Capital Group, que ha comprado un 3% del banco abriendo los ojos a otros muchos gestores que ahora ven a Deutsche como una oportunidad.
"Estamos ante una noticia extraordinaria para todo el sector financiero europeo. Durante todo un lustro, Deutsche ha sido percibido por el mercado como una amenaza latente para el conjunto de la banca por su carácter sistémico. Ahora, aunque no se puede cantar victoria en absoluto, el banco alemán empieza a dejar de ser un factor desestabilizador y va a favor de obra. Es un ejemplo de que se puede avanzar incluso en un escenario tan negativo para la banca como el actual", aseguran en fuentes financieras.
En cualquier caso, conviene extremar la cautela en los diagnósticos. Deutsche Bank no deja de ser un banco que arrastra pérdidas de 15.000 millones de euros en los últimos cinco años y cuyo replantamiento estratégico está aún en mantillas. Pero el cuento cambia mucho cuando a un banco o una empresa se le abren de par en par los mercados. Sewing ha conseguido el gran objetivo. Ahora le toca dar continuidad a las sorpresas positivas. El voto de confianza de los inversores ya lo tiene.