En el escrito de sus procuradores, conocido este martes por las partes, Ángel Cano asegura que su deseo de declarar, como imputado, se basa en su creencia de que esta manera defenderá mejor sus intereses. Hace mención en el escrito, de apenas dos folios, a que ahora dispone de una mayor información que en julio de 2019 y podrá defenderse mejor.
Cano permaneció como CEO del banco, en sustitución de José Ignacio Goirigolzarri, durante el periodo decisivo posterior al espionaje a periodistas, políticos y empresarios por el caso Sacyr, pero que luego continuó con otros encargos hasta casi 2017. A su salida de su despacho en el BBVA, Cano recibió más de 55 millones de indemnización. En 2004, en el momentp del espionaje a Sacyr y altos cargos del Gobierno de Zapatero, como Miguel Sebastián, Cano era responsable de Medios.
Julio Corrochano, ex jefe de Seguridad del BBVA durante la presidencia de Francisco González (ambos imputados por una serie de supuestos delitos de espionaje y administración desleal en el ), aseguró en un escrito enviado al juzgado en las diligencias previas 97/2017 que, en el momento en que el presidente del BBVA le encargó la misión de obtener información sobre el intento de asalto de Sacyr al BBVA, le dijo que sólo hablara del asunto con Ángel Cano y el entonces jefe de de prensa del BVVA (dircom), Javier Ayuso.
En ese mismo escrito, Corrochano afirma que la decisión de contratar a el ex comisario de policía José Manuel Villarejo, en prisión preventiva en la actualidad y al que se piden más de 100 años de cárcel por ésta y otras causas, se adoptó en una reunión en el despacho del banco del ex dircom, Javier Ayuso. El polémico periodista figura en estos momentos como testigo -algunos señalan que protegido por su relación con el CNI en el periodo que trabajó como jefe de prensa del Rey emérito-, pero fuentes judiciales aseguran que su condición puede variar en breve.