El incremento de la deuda se ha producido desde el mes de febrero de 2020, dos semanas antes del estado de alarma, hasta el mes de enero de este año, según las últimas cifras oficiales disponibles.
Los extranjeros llegaron a incrementar ligeramente sus carteras en marzo de 2020, en 640 millones de euros, hasta los 501.084 millones de euros (máximo histórico). Pero este apetito se alejó de la tendencia de los últimos años, en que los no residentes han respaldado la mitad de las emisiones realizadas. En marzo del pasado año, el endeudamiento de España aumentó en nada menos que 25.318 millones de euros.
El comportamiento de los inversores extranjeros en los circuitos de financiación del Estado es de una importancia estratégica, porque constituye el barómetro de la confianza de las grandes instituciones internacionales en cuanto a la economía española.
Durante años, los extranjeros han manejado casi la mitad de la deuda. En los últimos meses, esta ratio ha registrado un significativo descenso. Entre febrero de 2020 y enero de 2021, los inversores foráneos han reducido más de seis puntos las tenencias de bonos y obligaciones de España, desde el 50,36% (máximo histórico) hasta el actual 44,26%.
Tormentas monetarias
Durante las tormentas monetarias de los años noventa, los extranjeros redujeron de forma drástica sus posiciones en activos españoles, en respuesta al descrédito que sufrió una economía con una política presupuestaria expansiva y una monetaria restrictiva, como freno de la inflación que generaba la administración.
La peseta se devaluó en cuatro ocasiones y los tipos de interés se dispararon hasta límites insospechados, encareciendo la financiación del déficit público. El rendimiento de las letras a un año llegó a rebasar la barrera del 14% a finales de 1992, en un movimiento que no se ha vuelto a producir.
En estos momentos, los bonos y obligaciones emitidos por el Estado alcanzan los 1,088 billones de euros, mientras que las carteras de los extranjeros cuentan con títulos a medio y largo plazo por valor de 481.961 millones de euros.
En los últimos años, los extranjeros han manejado cuotas de la deuda española muy superiores al 40%, durante todos los ejercicios. Llevaron a cabo una fuerte reducción de sus tenencias en los años 2011 y 2012, hasta niveles del 34,55% y 34,88%, respectivamente, como prueba fehaciente de su condición de termómetro de la salud de la economía. En aquellos años, España registró una doble recesión, tras la crisis de 2008, que supuso un nuevo desplome del producto interior bruto.
El Banco de España se ha convertido en garante de la deuda pública, tras la reducción de posiciones de los inversores extranjeros y el fuerte crecimiento del endeudamiento público. La autoridad monetaria española ha comprado deuda por 95.044 millones de euros entre febrero del pasado año y enero de este ejercicio. Su posición global se sitúa ya en los 307.761 millones de euros.