La activación de la operación se produce en pleno punto de inflexión de la entidad, con el nombramiento de Francisco Serrano, como nuevo presidente. Y sin duda con la fuerte actividad en los mercados de bonos. El ‘bund’ alemán ha salido de territorio negativo por primera vez desde 2019, el bono americano a diez años vuela por encima del 1,80% y el mercado se anticipa ya a una posible subida de tipos de medio punto en la reunión de la Reserva Federal de marzo. Y, para cerrar el círculo, el Euribor se está tomando un gran respiro en enero y sube desde el -0,502% hasta el -0,468%.
Por lo tanto, la ventana de oportunidad para dar el salto al mercado de un banco está abierta de par en par. En estos momentos, la banca está reeditando el rol de gran estrella bursátil en los mercados europeos que ya se adjudicó en 2021. Sólo en este mes de enero, la banca avanza cerca de un 9% -ha llegado a subir más de un 10% la semana pasada- frente a un Ibex 35 que apenas despega de los niveles a los que empezó el ejercicio.
Aunque está demostrando ciertos síntomas de cansancio esta semana -coincidiendo con el comienzo de la temporada de resultados y después de un rally de cerca del 20% en cuestión de apenas dos meses-, la banca es en estos momentos la favorita en las grandes carteras. En estos momentos es el sector que con mucha diferencia más se beneficia del final de la era de los tipos de interés cero en las grandes economías mundiales.
Por lo tanto, Ibercaja última su salida a bolsa en un escenario muy favorable. Pero todo dependerá, claro está, de la valoración final del banco. Se está barajando una horquilla entre los 1.600 y los 2.100 millones de euros, suficientemente amplía para adecuarla al apetito inversor de los fondos cuando se ejecute la operación. Esa banda supone que Ibercaja cotizaría con un valor en libros entre las 0,5 y las 0,65 veces. Hay mucha diferencia entre el máximo y el mínimo.
Horquilla ajustada
La horquilla se ajusta a la imagen fija que Ibercaja ha extraído de los encuentros con los grandes inversores con los que lleva entablando contactos desde finales del año pasado. Fuentes bursátiles aseguran que, teniendo en cuenta que desde entonces el escenario no se ha degradado -por el contrario, las previsiones de subidas de tipos son ahora más agresivas y el impacto sanitario de las nuevas variantes del Covid-19 está controlado-, todo hace indicar que Ibercaja podría defender un valoración cercana a los 2.000 millones.
La otra clave será la reacción del mercado a las cuentas de la banca en 2021 y a las hojas de ruta para 2022. Un proceso que estará abierto hasta el 3 de febrero, cuando BBVA publique sus cuentas, y que será decisivo para echar más gasolina o detener el rally de la banca en bolsa. De momento, las cuentas de Bankinter conocidas este jueves -que han superado las previsiones- han sido recibidas con total tranquilidad por inversores y analistas.
Con la que previsiblemente será la primera salida a Bolsa del año en España, la Fundación Ibercaja reducirá su participación en la entidad hasta un máximo del 46,09%. Antes del debut y para mejorar su foto fija, la entidad ha practicado mejoras en el plan estratégico hasta 2023 que presentó el pasado mes de abril. Ahora prevé que la rentabilidad sobre recursos propios se sitúe en el 9% frente al 7% previo, mientras que el beneficio se situaría en una banda entre los 260 y los 265 millones de euros.