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Grifols: sangre, sudor y lágrimas

Desde el punto de vista téc­nico, los ex­pertos se mues­tran in­cluso más pe­si­mistas

Grifols.
Grifols.

La co­ti­za­ción de Grifols ha en­trado en caída libre y ya se mueve en sus ni­veles más bajos de una dé­cada. Eso ha obli­gado al la­bo­ra­torio es­pe­cia­li­zado en la pro­duc­ción de plasma san­guíneo a salir al paso con un co­mu­ni­cado en el que ha reite­rado su sol­vencia fi­nan­ciera, así como su con­fianza en la re­cu­pe­ra­ción de los re­sul­ta­dos.

Para impulsar esta recuperación ha nombrado a un nuevo presidente ejecutivo, Steven F. Mayer, con dilatada experiencia en el sector de Capital Privado y, por tanto, en procesos de M&A y reestructuración de balances. Un paso adelante en la profesionalización del equipo directivo destinado a calmar al mercado.

Algo que no parece tarea sencilla. Según los expertos de Renta 4, los operadores estarían descontando un escenario de estrés financiero que pasaría por la necesidad de acudir a una ampliación de capital. Esta tendría como principal finalidad reducir el abultado apalancamiento con una ratio deuda neta Ebitda de 8,4 veces para reestructurar su balance.

Todo ello dependerá en buena medida de la capacidad de recuperación del negocio. En este sentido, los analistas de Renta 4 destacan el desarrollo del “pipeline” de Biotest (69,7% del capital), en especial de las proteínas plasmáticas IgM, fibrinógeno y Cytotect, todos ellos en fase III de desarrollo clínico.

De confirmarse las buenas expectativas, estos desarrollos supondrían un importante salto cualitativo en sus cuentas al impulsar tanto los ingresos, a partir de 2024, como los márgenes, sin necesidad de elevar los costes en la misma proporción.

Las perspectivas, de momento, muestran un cierto retraso en el proceso de recuperación de los resultados. Sí parece, en cambio, que esta se irá produciendo gracias a la mejora de las operaciones y de la rentabilidad, aunque con cierta prudencia sobre la velocidad de mejora.

Desde el punto de vista técnico, los expertos se muestran algo más pesimistas. No está claro que el valor haya tocado suelo o esté cerca de él después de haber caído un 75 % en el último año y medio. Por este motivo, conviene maximizar las precauciones en una posible estrategia de compras progresivas a partir de estos niveles con vistas a recoger con cierta prudencia sus mejores perspectivas a largo plazo.

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