Los resultados positivos de los nueve primeros meses del año permiten a la compañía que preside Ignacio Sánchez Galán cumplir con los objetivos marcados para todo 2022 de lograr un beneficio récord de entre 4.000 y 4.200 millones de euros.
Por su parte, el resultado bruto de explotación (Ebitda) creció un 16,7%, hasta los 9.529 millones de euros con evolución positiva en todas las áreas, excepto en España doce ha caído un 9,8%. Las inversiones han ascendido a 7.568 millones, con un incremento del 14,2%. El área de redes se lleva un 40% de las inversiones y la generación renovable un 49%.
La deuda neta de la utility se dispara, en cambio, hasta los 44.293 millones de euros, con un aumento de un 19%, equivalente a 7.075 millones.
Por otro lado, el consejo de administración de la eléctrica aprobó ayer el nombramiento de Armando Martínez Martínez como consejero delegado pero sin poderes ejecutivos. Galán cumple así una de las exigencias que desde hace tiempo le habían marcado los principales fondos de inversión.
El nuevo CEO de Iberdrola será miembro de la comisión ejecutiva y forma parte del grupo de los fieles a Galán. La creación de la figura del consejero delegado se produce una vez que la Audiencia Nacional haya cerrado el caso Tándem y que el juez Manuel García-Castellón, que instruye el caso Villarejo, haya archivado la causa abierta contra las filiales.
Armando Martínez fue nombrado hace un año director general de Negocios del grupo Iberdrola, sustituyendo en el cargo a Francisco Martínez Córcoles. El consejo de administración ha aceptado también la puesta a disposición presentada por Julián Martínez-Simancas de su cargo de secretario no consejero rector de la compañía. El cese de este puesto que ocupaba este cargo desde 2007 se producirá a partir del 1 de enero de 2023.