Se puede afirmar que ahora el sentimiento de mercado es positivo. A pesar de todos los vientos de cola, una parte nada desdeñable del mercado quiere creer que lo peor de la subida de tipos ya ha pasado. No podía ser de otra manera, claro, porque en julio el precio del dinero estaba en el 0% y, si no pasa nada raro, llegará hasta el 2,5% en la zona euro cuando acabe 2022. Se trata de un ritmo insostenible, claro.
Pero el mercado está dispuesto a hacer un ejercicio de optimismo a pesar de que la presión continúa desde todos los flancos. La Fed ha subido los tipos de interés 75 puntos básicos por cuarta vez consecutiva hasta un nuevo rango entre el 3,75% y el 4%. Salvo sorpresa, todo hace pensar que el precio del dinero llegará al 5% tan pronto como el próximo mes de marzo, según las estimaciones de una firma tan influyente como Goldman Sachs. Es la opinión mayoritaria.
El momento es el que es y dice que, al otro lado del Atlántico, el ajuste duro de la Fed no es de momento suficiente para frenar una inflación disparada, el pinchazo progresivo de la demanda de los consumidores o el preocupante enfriamiento del mercado inmobiliario. Lo que no ha evitado que el S&P 500 haya rebotado cerca de un 7% en octubre arrastrando a todas las bolsas mundiales, que cerraron el tercer trimestre muy deprimidas.
A vueltas con el rebote
Ha habido un rebote, sí, pero desde niveles muy pobres que no despejan en absoluto las dudas. Ahí está el caso del Ibex 35, que ha avanzado con alegría hasta topar -otra vez- con la resistencia de los 8.000 que sería clave para dar continuidad a las ganancias. Pero a esos niveles los vendedores reaparecen con fuerza y realizan beneficios para asegurar unas ganancias muy oportunistas desde precios de ganga.
"La gran cuestión es si hay motores para justificar más subidas. El mercado está en plena fase de consolidación, buscando razones para seguir subiendo. Pero la mayor parte de la temporada de resultados ya está cotizada y la subida de tipos sigue su curso a nivel global. Cada vez hay más competencia para las acciones", señalan en una gran firma de bolsa nacional que cree que toca digerir la fuerte subida de octubre.
Para evitar las lecturas más optimistas de unos inversores que quieren ser más positivos en renta variable, el BCE ya se ha apresurado a decir que la subida de tipos en la zona euro sigue su curso. Lagarde apela a la ortodoxia que dice que con una tasa de inflación del 10,7% no queda otra que recurrir al axioma deportivo del "partido a partido". Y recuerda también que el riesgo de recesión crece y crece.
O, lo que es lo mismo, que a día de hoy es un ejercicio bastante estéril poner fecha de caducidad a la subida de los tipos tanto en Europa como en Estados Unidos. Es de perogrullo afirmar que ya se han visto las subidas más fuertes. Y peligroso asegurar que el 'efecto tipos' empieza a ser superado por las bolsas cuando queda por delante un largo tramo de subida que -esa es la clave- aún no está descontado en las cotizaciones de la renta variable. Los excesos pueden ser peligrosos.