En el último trimestre de este ejercicio, el Tesoro público deberá financiar los vencimientos de letras y bonos por importe de casi 45.000 millones de euros que se producirán en los tres meses finales del año.
El departamento financiero del Estado ha cubierto ya las necesidades por el incremento del déficit que había previsto en los Presupuestos Generales del Estado para 2022. Esa ley contemplaba unos números rojos para este año del 5%, lo que equivale aproximadamente a 65.000 millones de euros.
Esta cifra coincide prácticamente con las expectativas manifestadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que recorta una décima la previsión del Gobierno, hasta el 4,9%. El producto interior bruto (PIM), estimado a precios de mercado, alcanzará los 1,3 billones de euros en este ejercicio.
Aunque el Tesoro había anunciado una emisión neta (importe neto captado a través de emisiones menos los vencimientos de deuda) de 75.000 millones de euros, la realidad es que en el último tramo del año podría contar con margen de maniobra para reducir los 75.000 millones de nueva deuda hasta un máximo de 10.000 millones de euros.
En los tres últimos meses del año, los vencimientos de activos se situaban en los 25.950 millones del octubre recién finalizado, los 7.383 millones de este mes de noviembre y los 11.760 millones del último mes del año, según datos de la Secretaría General del Tesoro.
Casi 200.000 millones
Para este ejercicio, el Tesoro había previsto unos ingresos por emisión de títulos (letras, bonos y obligaciones) de 237.498 millones de euros, frente a unas amortizaciones de valores por importe de 162.498 millones de euros. Hasta el mes de septiembre, último del que se tienen datos oficiales, el departamento público ha captado 191.968 millones de euros con la emisión de títulos y ha hecho frente a amortizaciones por valor de 117.415 millones de euros.
Los tipos de interés ya se encuentran en el nivel del 2% en Europa y es probable que registren nuevas alzas antes de final de año. Esto encarecerá las emisiones del Tesoro, que en los próximos dos años deberá hacer frente a unas necesidades de emisión de títulos ligeramente inferiores al medio billón de euros.
En los últimos ejercicios, el Tesoro ha mejorado la estructura de la financiación del déficit y, entre otras medida, ha llevado a cabo un alargamiento de los plazos de emisión de valores, que se ha situado en los ocho años.