Por el con­tra­rio, acon­seja apoyar a los co­lec­tivos vul­ne­ra­bles, lo que cos­taría el 0,9% del PIB

Los Gobiernos pueden empeorar la crisis con el control de precios, según el FMI

Responsables del or­ga­nismo mun­dial acon­sejan uti­lizar fuentes de energía lim­pias para re­ducir los pre­cios

FMI
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Algunos países de la Europa co­mu­ni­ta­ria, in­clu­yendo España, han adop­tado me­didas de con­trol de los pre­cios de la energía (y se aprestan a ha­cerlo sobre la cesta de la com­pra) para com­batir la crisis que se ha pro­du­cido tras la in­va­sión de Ucrania por Rusia. Altos cargos del Fondo Monetario Internacional (FMI) ase­guran que la forma más eficaz de re­ducir los pre­cios de la energía a largo plazo es in­cre­mentar el su­mi­nistro a través de fuentes que no sean com­bus­ti­bles fó­si­les. Mo por la vía del con­trol de pre­cios.

De esta forma tan contundente se han pronunciado Oya Celasun y Dora Iakova, dos subdirectoras del Fondo Monetario Internacional (FMI), en una publicación digital de este alto organismo, que dan a conocer una actualización del documento de trabajo sobre “Aumento de los precios de la energía en Europa después de la guerra: cómo apoyar a los vulnerables y acelerar la transición desde los combustibles fósiles”.

El trabajo concluye en que el énfasis de la política europea debe pasar rápidamente de las medidas de contención de precios al alivio de los ingresos dirigido a los vulnerables. “Las medidas deben proporcionar fuertes incentivos para ahorrar energía y abandonar los combustibles fósiles, al mismo tiempo que contienen los costos fiscales. Dada la magnitud del impacto, es posible que algunos hogares que actualmente no reciben prestaciones sociales también necesiten apoyo”.

Transferencias

Las funcionarias del FMI explican que entre las medidas más eficientes en una situación como la actual se encuentran las transferencias o subsidios para el consumo de nivel de subsistencia, que podrían financiarse a través de impuestos a las clases más acomodadas. “Dado el entorno de alta inflación, se debe brindar alivio dentro de una postura fiscal no expansiva para no aumentar la demanda agregada. A largo plazo, aumentar el suministro de fuentes de energía que no sean combustibles fósiles es la forma más confiable de reducir los precios de la energía y garantizar la seguridad energética. Mantener señales de precios claras ayudará con esa transición”.

El fondo estima que el costo de la vida de los hogares europeos se ha incrementado este año en un 7% por los altos precios de la energía, lo que se suma a las presiones inflacionarias de las interrupciones en los envíos de alimentos y en las cadenas de suministro. En España, este incremento no llegaría al 5%. Y los contratos de futuros señalan que el precio se van a mantener en el futuro cercano.

“Los gobiernos deben centrarse en suavizar el impacto del aumento de los precios en los hogares más vulnerables, algunos de los cuales se enfrentan a la elección entre calentar o comer este invierno, mientras permiten que el resto de la economía aprenda a vivir con precios más altos, incluso al volverse más energéticos”.

Casi todos los países (incluidos Austria, Italia, Francia, Alemania, Portugal, España y el Reino Unido) han adoptado medidas que silencian las señales de los precios, como limitar los precios minoristas de la energía o reducir las tarifas, los cargos y los impuestos. La mayoría de las medidas estaban destinadas a ser temporales, pero ya se han extendido, ampliado o ambos en muchos lugares.

“En lugar de tratar de suprimir el traspaso de los precios mayoristas a los minoristas a través de límites de precios, reembolsos, reducciones de impuestos y similares, los gobiernos idealmente deberían dejar que las señales de precios operen y proporcionar transferencias a los hogares vulnerables. El personal técnico del FMI estima que costaría el 0,9 % del PIB en 2022 y el 1,2 % en 2023 compensar completamente al 40 % más pobre de los hogares europeos por el aumento en el precio de la energía desde principios de 2021”.

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