El gran problema es que se ha roto en pedazos la ilusión de los bancos centrales de un ajuste progresivo de las valoraciones de las bolsas al nuevo escenario de tipos de interés. Nada es lo que era hace apenas tres meses. Las primas de riesgo vuelan -otra vez por encima de los 130 puntos básicos en España-, como las rentabilidades de los bonos. El ‘bund’ alemán renta ya algo más del 1,60% mientras que el americano a 10 años se va al 3,3%.
Y este radical cambio de las reglas del juego hace temblar la renta variable. El S&P 500 ya pierde en torno a un 10% en los tres últimos meses, el Stoxx 600 más de un 5%, mientras que el Ibex 35 ya se ha comido toda la subida acumulada en ese período. Lo mantienen por encima de las prestaciones de los mayores índices mundiales el desfase histórico acumulado y, claro está, las expectativas de cambio político que pueden acelerar las elecciones andaluzas.
De momento no hay drama en las bolsas, pero sí un proceso de corrección de enormes proporciones y mucho recorrido en el tiempo. Y que también está más que justificado ante la subida de tipos que viene. Un alza que será mucho más profunda de lo que cuando empezó el año habrían podido prever los analistas más pesimistas. Con el bono americano más que consolidado por encima del mencionado 3%, la Reserva Federal subirá los tipos de interés hasta el 1,5% en la reunión de este miércoles. Asunto descontado.
Pero no lo está tanto la posibilidad de que el todopoderoso banco central estadounidense decida modificar sus previsiones de crecimiento – a la baja, claro- y de inflación -al alza, por supuesto- por lo menos para este año. Del tamaño de ese cambio se podría deducir hasta dónde podrían seguir subiendo los tipos al otro lado del Atlántico. Claro está que con esas cartas sobre la mesa los gestores empiezan a hacer mutis por el foro.
“Nos estamos poniendo en posición de liquidez a toda velocidad. No teníamos gran exposición en bolsa, apenas un 15% de la cartera, pero estamos adoptando la estrategia más defensiva posible”, señalan en una gestora nacional. De momento, los precios de saldo y otros posibles chollos a medio y largo plazo pueden esperar, porque los expertos creen que la corrección en marcha -el Ibex cae en torno a un 7% en tres sesiones- puede tener continuidad.
Además, una parte del dinero no tendrá prisa por volver. Por primera vez en mucho tiempo, los inversores tienen alternativas sin riesgo. Al menos los más conservadores, que ven como algunos depósitos con plazos de 12 y 24 meses dan ya un 1%. Y en renta fija, hay una gran oportunidad en nuevas emisiones con tipos ya atractivos en plena subida de los tipos de interés. A la bolsa le sale al fin competencia, después de un largo trecho de única beneficiaria de la era de tipos negativos más larga de todos los tiempos.
Platos rotos
Gran parte de esos platos rotos los paga la banca. Ningún otro sector se lleva peor parte que las entidades financieras en una corrección justificada por el pánico a un parón de las economías y del consumo. El peor escenario va poco a poco tomando cuerpo, y amenaza tanto la actividad crediticia del sector como las posibilidades de un aumento severo a medio plazo de la morosidad. ¿Está siendo el mercado demasiado pesimista?
“Después de muchos meses cotizando al alza la subida de tipos, a la banca española -que se deja un 13% de su valor en apenas cinco sesiones- al sector se le atraganta ahora que ese proceso vaya tan rápido, porque es el mayor signo de debilidad posible. La cuestión ahora es cuando puede compensar el alza del precio del dinero el desajuste que provoca la caída de la actividad económica. Esa es la cuestión”, señalan en un gran ‘broker’. Por si acaso, el mercado se ha puesto ya en el modo más preventivo posible.