Mastercard ha dado un paso adelante confirmando el adiós de la vetusta banda magnética. Será eliminada de sus tarjetas en favor de los chips EMV, los ingenios biométricos (como los detectores de huellas dactilares) y otras tecnologías 'contactless'.
El plan es que para 2033, ninguna de sus tarjetas de débito o crédito tenga banda, para lo que se ha implementado una 'hoja de ruta' que permitirá que las filiales de la compañía en muchas regiones, empezando por Europa, empiecen a emitir tarjetas sin franjas a partir de 2024. En el Reino Unido, los sistemas digitalizados de seguridad están presentes desde 2006, pero en Estados Unidos todavía son habituales las bandas magnéticas. La inevitable evolución
Todas los grandes colosos de los medios de pago tendrán que seguir este mismo camino si no quieren que el inmisericorde mercado condene sus productos a la obsolescencia. La seguridad de las transacciones es, cada vez más, un aspecto capital para los consumidores, y lo será aún más en el futuro.
Por el momento, el proceso se enfoca desde una perspectiva a largo plazo, pues el reinado de las tarjetas bancarias aún no está amenazado. Sin embargo, la evolución tecnológica no espera a nadie, y los nuevos métodos transaccionales ya están pegando muy fuerte.
Los ya mencionados chips ofrecen muchas más posibilidades que los elementos analógicos y mucha mayor seguridad; y además, es posible combinarlos para incrementar aún más la protección de los datos personales y bancarios del cliente. Así, muchos 'plásticos' de nueva generación incorporan tanto chip como biometría de huellas dactilares.
En Esàña, BBVA ha madrugado con la renovación de la tarjeta de crédito Aqua, su producto más extendido: más de 2 millones de clientes pasarán a tener un nuevo y más moderno 'plástico' que recibirá el nombre de Aqua Más, sin números impresos y con medidas de seguridad digitales que incluyen una generación dinámica de CVV para las compras por internet y la posibilidad de 'apagar' la tarjeta en caso de pérdida.