En lo que resta de año, el Tesoro debe refinanciar vencimientos de deuda por valor de 50.000 millones de euros y atender a cobertura prevista de otros 20.000 millones de euros, según los datos públicos del departamento financiero del Estado. A esta necesidades de 70.000 millones de euros se sumarán, en los próximos dos ejercicios, otros 140.000 millones de amortizaciones de deuda en 2023 y 120.000 millones en el 2024.
La cifra global se verá incrementada aún más por la financiación del déficit de esos dos años, que los analistas están vaticinando que se situará ligeramente por debajo del 5%. Es decir, que a los 330.000 millones de vencimientos de deuda de 2023 y 2024 y finalización del presente ejercicio podrían sumarse otros 130.000 millones de euros de la necesidad de cobertura de los números rojos en los próximos dos años. La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) prevé que el déficit finalice este año al 4,7% y el próximo ejercicio al 4,5%.
Las necesidades globales de fondos por parte del Estado se acercan, por tanto al medio billón de euros para los próximos dos años. El Euribor, el tipo de interés a un año que manejan las principales entidades financieras, se encuentra a las puertas del 2%, cuando a comienzos del año se encontraba en niveles negativos del 0,477%.
El encarecimiento del dinero a un año en casi dos puntos y medio (al que hay que añadir el 0,75% más de este jueves) supone que la financiación de estos 460.000 millones podría encarecerse por encima de los 10.000 millones de euros. Y eso sin contar con el pequeño detalle de que doblegar la inflación más elevada en cuarenta años puede exigir unas cuantas subidas de tipos en los próximos meses por parte de los bancos centrales a ambos lados del Atlántico, lo que elevaría todavía más esta factura.
Vuelta de tuerca
No se trata ya de que la cesta de la compra se esté encareciendo de una forma salvaje, ni de que se haya abierto la veda del cambio de índices variables a fijos en los préstamos hipotecarios. El alza en el coste de financiación del déficit va a suponer una reducción en los presupuestos de departamentos ministeriales muy conocidos y que, en definitiva, constituyen parte muy importante del estado de bienestar.
El único acontecimiento que podría frenar la diabólica espiral en que se encuentran las economías sería el final de la guerra en Ucrania. Pero por desgracia, parece que Rusia tiene muy bien diseñada una estrategia de estrangulamiento energético de las economías europeas y el intento de creación de un nuevo sistema de pagos con el rublo como ancla y el desprecio absoluto por el dólar.
Los bancos centrales han iniciado la senda restrictiva en su política monetaria con el objetivo de frenar la galopante inflación que se ha instalado tras la pandemia y que supera la cota del 10% en España. La Reserva Federal ha subido el tipo de referencia en 2,25 puntos en los últimos seis meses, señalando el camino a seguir por parte del resto de autoridades monetarias.