El sector está obli­gado a un ajuste duro al que al­gunas pla­ta­formas no so­bre­vi­virán

El desplome de la contratación augura mucho dolor a las plataformas de criptomonedas

La ac­ti­vidad se re­dujo cerca de un 50% en 2022 y sigue sin mos­trar signos po­si­tivos

FTX.
FTX.

Hay ci­fras que meten miedo, mucho miedo. Que un mer­cado sufra un des­plome de la con­tra­ta­ción del 45% de un año para otro sólo puede sig­ni­ficar mucho do­lor. En el caso de las crip­to­mo­ne­das, que es el seg­mento afec­tado por este des­plome his­tó­rico du­rante el año 2022, no es más que la úl­tima vuelta de tuerca a un ne­go­cio, el de los mer­cados sa­té­lites donde se ne­gocia el bit­coin y com­pañía, que están obli­gados a una res­truc­tu­ra­ción casi to­tal.

Según datos de CryptoCompare, el volumen de operaciones en bolsas centralizadas del renombre de Coinbase, Kraken o Binance cayó casi a la mitad el año pasado. En esa caída en picado capaz de poner en jaque a la industria más boyante está reflejada la diáspora de inversores que han puesto pies en polvorosa tras la dura caída de las valoraciones de las principales monedas virtuales. Por razones de mercado, pero también por falta de confianza en el sistema.

La explosión de FTX ha pasado una factura extraordinaria al mercado cripto, cuyos mejores activos venían de niveles históricos difícilmente justificables. El ajuste ha sido duro, y con él el de los mercados satélites que se habían llenado el zurrón al calor del fenómeno inversor más potente del siglo. Un fenómeno en horas bajas, como demuestra que la contratación del rey Bitcoin ha caído algo más de un 30% el año pasado respecto al cierre del ejercicio 2021.

Despidos masivos

No hay mercado de criptoactivos que no haya reducido plantilla y ajustado presupuesto para sobrevivir, mientras que algunos ya se han quedado en el camino. Los efectos colaterales de FTX son inmensos, y otras casas como Genesis ejemplifican bien el proceso. La plataforma de criptoactivos ya había despedido en verano al 20% de la plantilla, y habría ajustado otro 30% en los últimos días. Pero la tijera podría ser suficiente para salvar el ‘match ball’ al que se enfrenta.

Ha solicitado un préstamo de emergencia de 1.000 millones de dólares, pero según algunas informaciones de medios estadounidenses, Genesis podría estar al borde del ‘schock’. Y a casi nadie le queda duda de que no será la última en sufrir a lo largo de este arranque de 2023 en el que todo el universo cripto se enfrente a una dura prueba, porque ni el más optimista de los observadores prevé una reactivación de un mercado en el que hay demasiadas dudas.

“Todo el sistema cripto está muy tocado por los desastres de 2022. Aunque lo normal será entrar en una fase de reestructuración del sector dentro de un marco de mayor control y regulación que pueda minimizar las sorpresas negativas, lo cierto es que la vuelta a los niveles de actividad de 2020 y 2021 será lenta, muy perezosa. Muchos de los inversores que entraron en los máximos de ese último año y han perdido dinero, no volverán”, señalan fuentes del sector.

Las incertidumbres pesan sobre el sector a pesar de que el año ha empezado con subidas de los principales activos. Bitcoin está firmando su mejor serie en 12 meses y, lo que es más importante, el conjunto de criptomonedas está avanzando a ritmos del 7%. Movimientos que a la vista del calado de las caídas del año pasado sólo pueden ser considerados como anecdóticos. De momento, no servirán para reactivar la contratación de unas plataformas abocadas al ajuste duro en el mejor de los casos.

Artículos relacionados