MONITOR DE LATINOAMÉRICA

Reducción ge­neral del cre­ci­miento y re­corte in­su­fi­ciente de la in­fla­ción en 2023

Las empresas españolas, ante el reto de un año muy complicado en Latam

La pro­li­fe­ra­ción del giro po­lí­tico a la iz­quierda crea re­ti­cen­cias en los in­ver­sores

Inversion en Latinoamérica.
Inversion en Latinoamérica.

Latinoamérica, uno de los prin­ci­pales des­tinos de la in­ver­sión para España, tendrá en 2023 un ejer­cicio com­pli­cado y desafiante: bajo cre­ci­miento, con una fuerte des­ace­le­ra­ción del PIB; ele­vada in­fla­ción y ne­ce­sidad de re­co­brar los ni­veles pre­vios de IE. Serán los grandes retos de un área que afronta el nuevo año con un en­torno ex­terno com­pli­cado e inevi­ta­bles pro­blemas in­ter­nos. Un área al que se di­rige el 30% de las in­ver­siones ex­te­riores es­paño­las.

Los entes globales avanzan una reducción de la expansión regional, que se situaría entre el 1,3%, según Cepal y el 1,7%, según el FMI, un nivel mediocre para las necesidades del área. Impulsar el crecimiento, cuando se prevé desaceleración en los ‘motores’ mundiales (China, EEUU y Europa) será un enorme desafío. La expansión regional del próximo año será una tercera parte de la tasa prevista en 2022 (entre el 3,5% y el 3,7%, inferior al 6,7% de 2021.

Según Cepal a fines de diciembre, tras el dinamismo mostrado en el primer semestre de 2022, la actividad económica del área se desaceleró, “reflejando, por una parte, el agotamiento del rebote en la recuperación de 2021 y, por otra, los efectos de las políticas monetarias restrictivas, mayores limitaciones del gasto fiscal, menores niveles de consumo e inversión y el deterioro del contexto externo”.

Así las cosas, el organismo pronostica recesión en Chile para este año, que analistas privados hacen extensiva a Colombia y Argentina, al mismo tiempo que destacan la posibilidad de ‘recesiones técnicas’ leves en Brasil y México. Mientras, el FMI ve claro que la región se verá afectada por un crecimiento global frágil: excluyendo la crisis del Covid de 2020, el desempeño en 2023 sería el más débil desde el generado por la crisis financiera de 2009.

Sólo Paraguay mejorará

Los grandes del área no tendrán en 2023 su año. Brasil reducirá el paso del 2,9% al 0,9%; México del 2,9% al 1,1%; Colombia del 8% al 1,5%; Chile, del 2,3% al -1,1%; Argentina del 4,9% al 1% y Perú, del 2,7% al 2,2%. Y no serán los únicos en perder fuelle: Uruguay lo hará del 5,4% al 2,9%; Bolivia, del 3,5% al 2,9%; Ecuador, del 2,7% al 2%; Costa Rica, del 3,3% al 2,6%; Panamá, del 8,4% al 4,2% y Venezuela, del 12% al 5%. Dominicana, Cuba, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua también tendrán menor expansión. Solo Paraguay, que pasará del -0,3% al 4% logrará mejor desempeño que en 2022.

La inflación, derivada del impacto de la guerra en Ucrania y de los trastornos en la cadena global de suministros desde el Covid, ha creado tensiones en Latam. Y su control seguirá siendo un reto este año. Si bien bajará el ritmo este 2023, no se situará en niveles pre-pandemia, según el FMI, aunque sí cabe esperar que su descenso frene las alzas de tipos de interés de 2022. El año pasado, Venezuela, Argentina y Cuba mantuvieron lo que se suele llamar ya ‘inflación crónica’, pero los precios anotaron también nivel récord en países con tasas habitualmente bajas: en Chile llegó a alcanzar el 14,1% en verano y en Colombia, el 12,2%. Panamá fue el país con menor inflación en 2022, con Bolivia y Ecuador. En 2022 la inflación subió a cotas no vistas en dos décadas y el FMI cree que bajará de una media del 14,1% a otra del 11,4% este año.

La izquierda gobierna en 11 países

Recobrar el nivel de IED previo a 2020 será también un reto, en un momento de bajo crecimiento global y cuando Latam amplió en 2022 un giro a la izquierda, con matices nacionales, pero que crea reticencias hacia algunos países en los inversores. El año pasado, destinos clave como Chile (con Boric), Colombia (con Petro) y Brasil (con Lula) se sumaron a Perú, Argentina, México, Bolivia y Honduras y a los ‘tradicionales’ regímenes de izquierda de Cuba, Venezuela y Nicaragua, hasta sumar 11 de los 19 países iberoamericanos.

Fuera de ese ámbito quedan los gobiernos de derecha de Ecuador, Paraguay, Uruguay y Guatemala y los centristas de Dominicana, Panamá, Costa Rica y El Salvador. Aunque la IED creció el 40,7% en Latam, en 2021 a 142.794 millones, no se logró recobrar el nivel de atracción de capital previo al Covid, al contrario que en otras partes del mundo. Y la región fue destino solo del 9% del total de la IED, porcentaje inferior a años anteriores y lejos del 14% de 2013.

Este nuevo panorama político entraña, además, un factor de incertidumbre sobre qué influencia ejercerá el entorno político en la economía. Según ‘Economist Intelligence Unit’, a los desafíos que plantea el entorno global, se suman factores políticos que pueden determinar la marcha económica. “Habrá que observar en 2023 el éxito o fracaso de los nuevos gobiernos en su intento por abordar las demandas de sus votantes sin dañar la inversión, mientras lidian con serios dilemas macro y Legislativos divididos”, señala. Analistas de las agencias de calificación de riesgo temen que el resurgir de gobiernos de izquierda lleve a mayores cargas fiscales y una economía más ‘estatalizada’.

Otros retos para Latam este año serán también en 2023 la reducción de los déficit fiscales, ‘inflados’ desde 2020 por las medidas para combatir la pandemia, y de los altos niveles de deuda, especialmente en Venezuela, Brasil y Argentina. En este marco, algunos bancos y expertos creen que hay “riesgo de deterioro fiscal por presiones políticas y sociales, conforme el crecimiento no vuelve a cotas previas a la pandemia y la desigualdad crece. Asimismo, el área precisa incentivar el consumo y cambiar el modelo de desarrollo, avanzando hacia los segmentos que son hoy los nuevos motores del crecimiento.

Además, Latam afronta la necesidad de detener el deterioro del poder adquisitivo, agravado por el alza de la inflación, y de luchar contra unas tasas de pobreza que la pandemia ha disparado. En 2022, la pobreza afectó al 32,1%

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