El crecimiento de la deuda pública en este ejercicio no es una cuestión casual. Desde que comenzó la pandemia del coronavirus, el endeudamiento se ha disparado por el apoyo que prestó el Estado a empresas y familias para evitar que se reprodujera una situación tan dramática como la que se vivió a partir del año 2008, en una crisis que se prolongó durante casi diez años.
Los esfuerzos que tiene que realizar este año el Gobierno van a tener que financiarse a través del crecimiento de la deuda. Sólo la revisión de las pensiones por la inflación supone un coste de 13.600 millones de euros. A estos se suman aquellos que son necesarios para proteger a los colectivos más desfavorecidos por la subida de la inflación.
La deuda pública no es un concepto abstracto. Se trata de la financiación del déficit público que se genera por el desajuste en los presupuestos Generales del Estado. En los últimos cuarenta años, sólo en los años 2006 y 2007 se ha producido una ligera reducción del endeudamiento de las administraciones públicas, gracias al superávit de las cuentas públicas.
Principal amenaza
La deuda pública española se ha convertido en una de las mayores amenazas para la economía. El origen de esta inestabilidad se encuentra en la imposibilidad de todos los gobiernos para acabar con el déficit público. Una brecha que supone que los gastos de las administraciones superan en cinco puntos a los ingresos por la vía de los impuestos.
Durante el mandato de los tres últimos presidentes del Gobierno la deuda a medio y largo plazo ha registrado un incremento superior a los 1,1 billones de euros. En el caso de Zapatero gran parte del incremento se debió al plan para combatir una crisis que iba a ser mucho más duradera de lo que se había previsto.
A pesar de los fuertes recortes en partidas presupuestarias y la elevación de los impuestos, los gobiernos de Rajoy anotaron el mayor crecimiento de deuda. La lucha de Pedro Sánchez contra el coronavirus ha supuesto también un fuerte endeudamiento, que con los 70.000 millones de este año va a elevar la deuda a medio y largo plazo hasta los 400.000 millones.
José Luis Rodríguez Zapatero elevó la deuda en 360.268 millones de euros en los siete años de sus gobiernos. Fueron los peores momentos para el país, por la crisis económica mundial y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria española. Rajoy elevó aún más la deuda, en 440.369 millones de euros, durante sus seis años y medio de gobierno. Zapatero cogió un endeudamiento de 382.775 millones de euros y lo dejó en 743.043 millones. Rajoy lo elevó hasta los 1,183 billones de euros. Y Pedro Sánchez lo ha incrementado en 320.387 millones, hasta situarla en los 1,503 billones, un 115% del PIB.
Los especialistas consideran que la mejor fórmula para frenar el peligro de la deuda consiste en reducir la ratio de endeudamiento sobre el producto interior bruto (PIB). La fórmula más idónea para ello es aumentar el PIB, porque en una división, un denominador más grande reduce la ratio final. En este momento la deuda sobre PIB de España se encuentra anclada en algo menos del 115,6%.