González-Bueno logra re­vi­ta­lizar la en­tidad tras frus­trarse la fu­sión con BBVA

Banco Sabadell espera grandes beneficios del nuevo escenario económico y financiero

Los ana­listas ven un alto margen de subida gra­cias al alza de tipos

César González-Bueno, CEO Sabadell.
César González-Bueno, CEO Sabadell.

Casi nadie en el mer­cado duda de que el sector fi­nan­ciero será uno de los grandes pro­ta­go­nistas de este año si­guiendo la es­tela de los úl­timos meses de­jada por las subidas de tipos de in­te­rés. El Banco Central Europeo (BCE) ya ha anun­ciado su in­ten­ción de se­guir en­du­re­ciendo su po­lí­tica mo­ne­taria para man­te­nerla alta el tiempo que sea ne­ce­sario para con­tener las pre­siones in­fla­cio­nis­tas. Pese a todo, los ana­listas au­guran un año com­plejo para la banca ante los riesgos de un au­mento de la mo­ro­si­dad, de re­duc­ción de már­genes y ma­yores pro­vi­siones po­ten­cia­les.

Un escenario en el que uno de los grandes beneficiados volverá a ser el Banco Sabadell, según los analistas, tras la intensa reestructuración acometida en los dos últimos años.

Un cambio que el mercado ha recogido como un auténtico renacimiento tras estar a punto de desaparecer en una fusión por absorción del BBVA que finalmente no se llegó a formalizar por desacuerdos de valoración. En este proceso ha tenido un papel clave su nuevo equipo directivo liderado por César González-Bueno. Un banquero moderno, especializado en banca telemática y con una clara apuesta por la digitalización que ha llevado a la entidad catalana a resurgir de sus cenizas.

El banco ha pasado así de un beneficio de apenas dos millones de euros en el año de la pandemia a superar los 700 millones solo en los nueve primeros meses de 2022, recuperando a su filial británica TSB que también parecía desahuciada. Un cambio radical que se ha dejado sentir también en su cotización, multiplicando casi por cuatro su precio en apenas dos años, convirtiéndose en uno de los valores favoritos de inversores y analistas.

Apuesta por las subidas

Una preferencia que parece se va a seguir manteniendo este año. El consenso del mercado, a la espera de nuevas revisiones que empiecen a recoger las fuertes subidas experimentadas en los últimos meses, le confiere un precio objetivo sobre los 1,12 euros por acción, con un potencial de revalorización del 15 % desde su actual precio de mercado.

Una de las últimas casas de análisis en mejorar sus estimaciones ha sido JP Morgan con una subida de precio objetivo de 1,05 a 1,15 euros por acción, pero pronto se puede quedar obsoleta si continúa la proyección alcista. Todo dependerá de cómo evolucione la morosidad ante el riesgo de recesión, muy controlada hasta ahora, y del impacto del impuesto a los beneficios “caídos del cielo” que la banca está estudiando recurrir.

La mejora de sus fundamentales en los últimos años, señalan los expertos, le permitirán absorber con cierta facilidad estos inconvenientes en caso de producirse. Su ratio rentabilidad precio (PER) por debajo de 7 veces y el dividendo apenas por encima del 4 % son algo peores que los de sus comparables, pero en cambio gana en su comparación por precio por valor contable, lo que sitúa al Sabadell como una de las mejores opciones del sector español.

Requisitos para ganar

En estos días, la entidad ha recibido, a través del Banco de España, la decisión adoptada por la Junta Única de Resolución sobre la determinación del requisito mínimo de fondos propios y pasivos elegibles (MREL por sus siglas en inglés) y el requisito de subordinación en base consolidada que le son aplicables a cumplir a partir del primero de enero del 2024 para garantizar su sostenibilidad.

Requisitos que la entidad presidida por Josep Oliu asegura cumplir ya al coincidir con las expectativas fijadas y al estar en línea con sus planes de financiación, lo que viene reforzar la confianza en la solidez financiera del grupo.

Todo ello explica el perfil alcista que viene desarrollando el grupo desde octubre del 2020 hasta la actualidad. Un impulso que le ha situado en puertas de recuperar el euro por acción, algo que no se vía desde antes de la pandemia. De superar la resistencia que encuentra en este nivel, despejaría su camino hacia cotas mucho más ambiciosas que podrían estar cerca de los 1,6 euros para este año.

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