BANCOS

Cumple de sobra las exi­gen­cias del BCE, pero sus ra­tios la co­locan en el furgón de cola

La banca española supera en rentabilidad a la europea pero necesita capitalizarse más

Santander y CaixaBank cie­rran emi­siones de bonos Tier 2 con ex­ceso de de­manda

Bancos.
Bancos en Bolsa.

En un año di­fícil para la Bolsa como se pre­senta 2023, las so­cie­dades co­ti­zadas de­berán cuidar ‘muy mu­cho’ cómo se pre­sentan y cómo son vistas por los in­ver­sores que, con un simple ‘clic’ pueden lle­varse su di­nero a otro mer­cado con va­lores que con­si­deren más só­li­dos. La renta fija, pú­blica o pri­vada, re­cu­pe­rará este año el pro­ta­go­nismo per­dido.

Ya lo anticipó, a finales de 2022, Santander Asset Management (SAM), lo ratificó luego el Banco de España y, más recientemente, Mapfre Economics. El alza de los tipos y, sobre todo, la inflación y la incertidumbre sobre el desarrollo económico a corto y medio plazo llevarán a los inversores adversos al riesgo a refugiarse en rentabilidades aseguradas aunque menores que las que ofrecen las bolsas.

Y si hay un negocio especialmente sensible a la marcha de la economía, es el bancario. De hecho, los vaivenes político-económicos de 2022 (guerra, problemas de suministros, encarecimiento de materias primas, crisis energética…) le han salido muy caros a sus accionistas.

Tanto que solo los cinco mayores bancos del mundo han perdido 250.000 millones de dólares (por encima de los 230.000 millones de euros), según la estimación de BitStacker, que cifra las pérdidas de valoración de JPMorgan Chase, Bank of America, The Industrial and Commercial Bank of China (ICBC), Wells Fargo y el China Construction Bank (CCB) en, al menos, el 9% durante el año pasado.

Banca española

Los bancos españoles, por su parte, han reflejado en Bolsa la buena marcha del negocio durante el año hasta conseguir elevar un 12,7% el índice de banca del Ibex aunque individualmente hay todo tipo de evoluciones.

En paralelo, la supervisión del Banco Central Europeo (BCE) pone de manifiesto que la ‘reconversión’ de la banca española tras la crisis de 2007 no parece estar tan concluida como dan a entender los brillantes resultados de las entidades, cuyos datos definitivos se empezarán a conocer en pocas semanas.

El mecanismo de supervisión europeo, formado por el propio BCE y los bancos centrales de los países miembros de la Unión Económica y Monetaria (UEM), sitúa a la banca española como la segunda más rentable del sistema por volumen de beneficios aunque la pone en el furgón de cola en cuanto a sus ratios de capital.

El Mecanismo Único de Supervisión vigila la evolución de 111 entidades entre las que destacan 21 bancos alemanes, doce italianos o los diez que aportan tanto Francia como España. Según este análisis, el conjunto de la banca europea acumulaba al cierre de septiembre pasado 92.243 millones de euros de beneficio neto.

De ellos, 17.813 millones corresponden a los bancos españoles, solo superados por los franceses on 25.111 millones de beneficio y los 10.066 millones que ganaron los alemanes.

CaixaBank se refuerza

Otra cosa es cómo se llega a esos resultados porque, salvo en el volumen de capital -donde la banca española es la tercera de la UEM- las ratios la sitúan bien lejos de los mejores del continente. Vaya por delante que, como ya reflejó este diario, su solidez está asegurada. De hecho, los siete mayores bancos españoles cuentan con un exceso medio de capital total del 28% que, en el caso del capital CET1 es el 52,24%, superior al mínimo exigido por el BCE.

Esta sobre-capitalización media (CET1) incluye desde el 37,37% del Banco Santander al 83,8% de Unicaja. El Banco Sabadell es la entidad con el mayor ‘colchón’, con una ratio de capital total del 17,08%, prácticamente cuatro puntos porcentuales por encima de lo exigido por el banco emisor. Le siguen Unicaja (17%) y CaixaBank (16,53%) con 399 puntos básicos por encima de lo exigido. Esas cotas las sitúan como las terceras de entidades europeas por volumen de capital total situado en 232.540 millones de euros sobre un total de 1,63 billones.

De ahí los esfuerzos que entidades como CaixaBank o Santander realizan para reforzar sus ratios. De hecho, la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri anunció este martes el cierre de una emisión de bonos Tier 2 por valor de 500 millones de libras (más de 568 millones de euros) con un vencimiento a diez años y nueve meses y con la opción de amortización anticipada, por el emisor, a los cinco años y medio.

El bono retribuirá a un tipo del UKT (tipo de interés del Tesoro británico) más 370 puntos básicos. El precio que la entidad pagará a sus bonistas se ha visto rebajado en 20 puntos básicos gracias a la sobredemanda, que ha alcanzado los 1.300 millones de libras (1.477,4 millones de euros). La emisión permite al banco dirigido por Gonzalo Gortázar reforzar su ratio de capital total en 26 puntos básicos hasta el 17,13%, en el que se incluye también la emisión Tier 2 de 750 millones de euros lanzada hace apenas dos meses, en noviembre del año pasado.

Esta es la tercera emisión en libras que realiza la entidad española tras el bono senior verde de 500 millones de libras preferente lanzado en mayo de 2021 y el bono de deuda senior no preferente de 500 millones de marzo del año pasado. Unas operaciones que permiten a CaixaBank avanzar en “la diversificación de su base inversora, lo que permite llegar a mayor número de inversores y conseguir unos costes menores de financiación” tal como destacó la entidad.

Lo mismo ha sucedido con el Banco Santander, que a última hora del martes anunció la colocación de una emisión de deuda sénior preferente de 220 millones de francos suizos, con un vencimiento en enero de 2026.

Este bono pagará un cupón fijo del 2,2475%. El precio se ha fijado en Saron 'midswap' más 90 puntos básicos. Partía con un precio de Saron 'midswap' más un rango de entre 85 y 90 puntos básicos. Los bancos encargados de colocarlos han sido BNP y Deutsche Bank. Un 40% de los inversores que han participado en la emisión son g

Rentabilidad mejorable

Al margen de esta operación, la comparativa de los grandes bancos muestra que de los 20 países que abarca la supervisión europea, España queda en el 15º lugar por su ratio de TIER1 (14,3%), la que relaciona el capital social de las entidades y sus activos ponderados por el riesgo. En el caso de la banca española ese cociente es 438 puntos básicos inferior a la media de la UEM (18,68%). Aunque, visto de otro modo, supone también que incluso con los buenos resultados de 2022, pueden mejorar más.

En el caso del capital CET1, la principal medida de fortaleza financiera para el BCE (capital básico más participaciones preferentes y los instrumentos híbridos) los bancos españoles son los últimos del ranking con una ratio del 12,48% o, lo que es lo mismo, casi dos puntos y medio por debajo del promedio europeo situado en el 14,74%.

Por volumen de activos, los españoles son los terceros del sistema europeo con 3.875 millones detrás de los bancos alemanes (5.315 millones) y los franceses, que lideran esta clasificación con 9.472 millones. El cuarto lugar corresponde a la banca de Países Bajos, con 2.563 millones. Eso indica que, en cuanto a tamaño y concentración del negocio, los bancos españoles están, al menos en su parte alta, a la altura de los grandes de Europa.

Eso lleva a que los ratios de rentabilidad de los bancos españoles no sean tan brillantes como sus beneficios. Si en resultado neto, son los terceros, su ratio ROE del 10,53% (relación entre el beneficio neto y sus fondos propios), los sitúa como sextos de Europa; mientras el 0,61% de ROA (rentabilidad sobre activos) es el octavo de los 21 sistemas financieros supervisados por la autoridad bancaria.

Probablemente en estas cifras tenga mucho que ver el hecho de que el coste del riesgo de la banca española (dotaciones para insolvencias sobre el total de créditos a la clientela) sea, con el 1,03%, la 14ª del sistema y un reflejo de que los efectos de la crisis de 2008 se mantienen aún. Porque la cifra es muy superior al 0,24% de las entidades de Alemania, el 047% d Francia o el 0,56% de Italia.

Pese a todo, la gestión de las entidades españolas muestra una razonable ‘salud’ a tenor de su ratio de eficiencia (CIR), situada en el 49,77%, la cuarta mejor del sistema europeo. Sensiblemente mejor que los bancos alemanes (69,24%), los franceses (67,91%) o los italianos (64,19%). Por contra, la banca griega se muestra como la más eficiente (36,94%), seguida de la lituana (42,04%)

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