Las seis ma­yores en­ti­dades fi­nan­cieras cie­rran 2022 con casi 96.000 mi­llones en in­gresos

La gran banca española pagará más de 1.200 millones por el nuevo impuesto en este año

La tasa es adi­cional a la tri­bu­ta­ción ha­bi­tual sobre be­ne­fi­cios, que su­peran los 21.000 mi­llones

María Jesús Montero, ministra de Hacienda.
María Jesús Montero, ministra de Hacienda.

El Gobierno de Pedro Sánchez -o mejor di­cho, la Hacienda Pública, aunque fruto una po­lé­mica norma gu­ber­na­men­tal, jus­ti­fi­cada como con­tri­bu­ción so­li­daria de la banca y grandes em­presas la cri­sis-, in­gre­sará este año más de 1.200 mi­llones en con­cepto del nuevo im­puesto a la banca, que pa­garán las seis pri­meras en­ti­dades fi­nan­cieras es­paño­las, al margen de la pro­ce­dencia geo­grá­fica de sus be­ne­fi­cios, ya que la tasa está re­fe­ren­ciada a sus in­gresos por co­mi­siones y margen fi­nan­ciero.

Las seis entidades son, siguiendo el orden de su mayor aportación fiscal por esta nueva tasa, CaixaBank, Santander, BBVA, Sabadell, Bankinter y Unicaja Banco. Solo entre estas seis entidades suman más de 95.927 millones de euros como ingresos recurrentes. Es decir, la suma de lo que han ingresado durante el acompañado en concepto de margen de intereses y comisiones. Precisamente las dos partidas sobre las que se aplica ese gravamen extraordinario del 4,8%.

Si se considera exclusivamente la cantidad a pagar por este nuevo impuesto, CaixaBank será la entidad española que más pague por este concepto a Hacienda en 2022 con unos 400 millones de euros, tal como reconoció la semana pasada su consejero delegado, Gonzalo Gortázar. Este liderazgo no buscado por la entidad se produce, a pesar de ser el tercer banco por beneficios durante el pasado ejercicio (3.145 millones), año en el que culminó la fusión con Bankia.

Tras la entidad con sede social en Valencia, aunque de origen en Barcelona, el Banco Santander se sitúa como el segundo pagador con una partid de abonará “entre 220 y 230 millones”, tal como reconoció la semana pasada su presidenta, Ana Botín.

En tercer lugar se coloca el BBVA, con 225 millones seguido por el Banco Sabadell. La entidad que dirige César González-Bueno pagará unos 170 millones después de un extraordinario ejercicio en el que sus beneficios se han disparado el 62%.

Dancausa, sin causa

Al banco catalán, aunque también con sede social en Valencia, le sigue Bankinter, probablemente el más crítico y más combativo con el nuevo impuesto por cuyo concepto ingresará en el fisco cien millones de euros; seguido por Unicaja, con 85 millones de euros por el nuevo impuesto a la banca.

La tributación, tal como está previsto en el diseño de la misma, se realizará sobre los llamados ingresos recurrentes de las entidades; es decir, aquellos que proceden del margen de intereses y las comisiones. Sumados estos conceptos, los ingresos recurrentes de los seis primeros bancos del país superan los 95.927 millones de euros en 2022.

Más de la mitad de esa cifra corresponde al margen de intereses y las comisiones ingresadas pro el Banco Santander (50.409 millones) que el año pasado mejoró eso ingresos el 12%. Le sigue el BBVA con menos de la mitad de esa cifra (24.506 millones) pese a aumentarla en el año el 30,7%.

Tras él se colocan CaixaBank (11.997 millones) que ha mejorado sus ingresos recurrentes en el año del cierre de la fusión el 5,8% y el Banco Sabadell (5.289 millones) que registra un aumento en esta partida del 8,1%. Por último, Bankinter ingresó 2.143 millones y Unicaja, 1.583 millones.

Según los datos reconocidos por los propios bancos durante los últimos días, cuando han presentado sus excelentes resultados de 2022, el nuevo impuesto podrá abonarse en dos plazos uno que empezó el sábado pasado y finaliza el 20 de febrero y otro, en noviembre. En principio, la inmensa mayoría de las entidades computará este pago en sus cuentas del primer trimestre de 2023.

Impuesto no equitativo

El nuevo impuesto temporal a la banca gravará al 4,8% los intereses y comisiones de todas las entidades que facturasen más de 800 millones en 2019 y el tributo afectará a la actividad que las entidades desarrollen en España.

Eso deja fuera a la banca extranjera y a las entidades más pequeñas, lo que ha sido duramente criticado tanto por las entidades españolas como por sus representantes empresariales: la Asociación Española de Banca (AEB) y la conocida Ceca, ahora denominada Asociación de Cajas y Bancos creados por ellas.

Freno a la competencia

La cuestión es que la medida del Gobierno de limitar solo alas entidades que superan los 800 millones de ingresos por comisiones y margen de intereses hace que la nueva tasa no solo no sea equitativa por no afectar a todos sino que, por añadidura, supone un freno a la competitividad de los grandes bancos españoles frente a sus homólogos internacionales.

Además de la bronca política que desató este impuesto contra los denominados ‘beneficios caídos del cielo’ que genera la subida e tipos de interés decidida por el Banco Central Europeo (BCE) como medida de lucha contra la inflación, la nueva tasa del gobierno Sánchez se ha encontrado con un enemigo inesperado. En noviembre pasado, el propio BCE instó al gobierno español a tener encuesta de forma “exhaustiva” las consecuencias que podría tener ese tributo, sobre todo en lo concerniente a la concesión de crédito. El banco emisor no parecía estar muy de acuerdo con que el nuevo impuesto no pueda ser trasladado a los client4es y pidió a los bancos españoles que “reflejen en los precios de los préstamos todos los costes pertinentes”, incluidos los impuestos.

Pero éste no será el único ingresos que obtendrá Hacienda del sector. Además de esta tasa, queda, obviamente, el pago de otros impuestos como el de Sociedades que se carga sobre el beneficio. Una partida que, por cierto, supondrá unos buenos ingresos para el Ministerio de Hacienda que lidera María Jesús Montero habida cuenta de que el beneficio acumulado en 2022 por los seis mayores bancos españoles supera los 21.050 millones de euros.

En orden de rentabilidad se sitúa como líder en beneficios el Banco Santander (9.605 millones de euros), seguido por BBVA (6.621 millones), CaixaBank (3.145 millones), Sabadell (859 millones), Bankinter (560 millones) y Unicaja (260 millones).

Aunque por aumento de sus beneficios, el ránking prácticamente se invierte con una Unicaja en cabeza tras aumentar su rentabilidad el 89% en el año. Le siguen el Banco Sabadell (+62%), el BBVA (+38%), CaixaBank y Bankinter (+28%) y el Banco Santander que, pese a los volúmenes de beneficios en que se movió durante 2021, los ha mejorado el 18% en 2022.

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