La Comisión quiere in­cen­tivar las in­ver­siones en re­no­va­bles y pro­teger a los con­su­mi­dores

Las eléctricas prefieren la reforma de Bruselas a la propuesta de Pedro Sánchez

Iberdrola, Endesa y Naturgy sal­drán be­ne­fi­ciadas con el sis­tema de con­tratos a largo plazo

Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica.
Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica, y Marina Serrano., aelec.

Las em­presas eléc­tricas van a salir mejor pa­radas con la re­forma ener­gé­tica que plantea Bruselas frente a los te­mores que, en prin­ci­pio, exis­tían ante la pro­puesta del Gobierno de Pedro Sánchez de dar un vuelco a todo el sis­tema tra­di­cio­nal. Iberdrola, Endesa, Naturgy y EDP están de acuerdo con la tpo­si­ción que sos­tiene la aso­cia­ción eléc­trica aelec (de la que no forma parte Naturgy) de que la pro­puesta de la Comisión no es una rup­tura re­vo­lu­cio­naria del mer­cado exis­tente pero sí una im­por­tante evo­lu­ción. "Un paso en la buena di­rec­ción", según una fuente ha­bi­tual con­sul­tada.

Tranquilidad, por tanto, en el sector que se temía una cambio radical en el sistema, y que recibieran un nuevo 'rejonazo', tras el 'impuestazo' que han recibido por parte del Ejecutivo español de gravar los beneficios extraordinarios logrados en 2022 y 2023. De aprobarse la propuesta comunitaria, las empresas lograrían una reivindicación que vienen haciendo desde hace tiempo: el nuevo planteamiento de los contratos a largo plazo.

Las compañías defienden la modalidad de los contratos por un periodo de tiempo dilatado, ya que consideran que es la forma más directa de trasladar a los clientes los beneficios de la generación renovable. La Asociación de Empresas de Energía Eléctrica (Aelec) valora como muy positiva que no se cuestione que los mercados mayoristas a corto plazo estén basados en precios marginales por ser esenciales para el funcionamiento eficiente del sistema eléctrico.

Protección contra la volatilidad

La reforma energética de Bruselas pretende impulsar la liquidez de los mercados de contratos a largo plazo que fijan precios futuros y que permitirá a más proveedores y consumidores protegerse de precios excesivamente volátiles durante periodos más largos. Además, las fuentes que se incluyen en estas nuevas inversiones no son solo la eólica, solar y la geotérmica, sino también la hidroléctrica y la nuclear, algo que agrada sobremanera a todas las empresas eléctricas.

El consejero delegado de Endesa, José Bogas, defendió precisamente en la presentación de los resultados de la empresa la reforma eléctrica que plantea la Unión Europea. Considera que “es muy complicada”, porque obligará a los países a “perder cierta soberanía”, pero sostiene que hay que abordarla desde Europa y no a nivel interno.

A igual que el resto de las compañías, se muestra partidario de estandarizar los contratos a largo plazo en la compraventa de electricidad, conocidos como PPAS, y defiende que, en situaciones concretas como el cese de actividad de una empresa, ese mismo contrato pueda traspasarse a otro cliente.

Las medidas que incluye la propuesta de Bruselas van encaminadas esencialmente a que las facturas de electricidad dependan menos de los precios de los combustibles fósiles, como pueda ser el gas, al fijar un sistema amortiguador entre los mercados a corto plazo y las facturas de electricidad que pagan los consumidores.

Más cerca de Alemania

En un principio, Bruselas se ha alineado más cerca de países como Alemania y Países Bajos que prefieren una reforma más suave, al contrario de España, que defiende una reforma más revolucionaria. La Comisión Europa defiende todavía el sistema marginalista que hace que la última energía que entra a producir electricidad -como el gas- marque el precio, pese a ser la energía más cara.

Bruselas ha anunciado, al respecto, que se buscarán mecanismos correctores que eviten grandes vuelcos en los precios. “El diseño de los mercados intradía sigue siendo el más eficaz de cara a asegurar que las tecnologías más baratas son las que primero se usan para producir electricidad”, sostiene la comisaria de Energía, Kadri Simson.

Por otro lado, con el fin de incentivar las inversiones en energías renovables, Bruselas plantea lo que se conoce como “contratos por diferencias”, garantizados por el Estado. Esta modalidad permite que si el precio de mercado es inferior al fijo que ha pactado con las compañías energéticas, el Estado paga la diferencia, en lugar del consumidor.

De esta forma, el ciudadano quedará protegido de las grandes oscilaciones de precios. Si es al contrario, que el precio es superior, es la compañía eléctrica quien compensa al Estado. Así se incentivan las inversiones en renovables.

La Comisión Europea quiere establecer unas condiciones de inversión que sean seguras y estables para los promotores de energías renovables, al tiempo que se reducen el riesgo y los costes de capital y se eviten también beneficios excesivos en tiempos de precios muy elevados.

Artículos relacionados