La po­lí­tica mo­ne­taria contra la in­fla­ción ge­nera una tor­menta fi­nan­ciera anun­ciada

El Banco Nacional de Suiza lastra el 33% del PIB del país para la compra de Credit Suisse por UBS

El primer banco hel­vé­tico for­zado a ad­quirir el se­gundo por 3.000 mi­llones para sa­near su sis­tema fi­nan­ciero

Oficina de UBS
Oficina de UBS

El Banco Nacional de Suiza (BNS) anun­ció, en la noche del do­mingo, la compra por el Unión de Bancos Suizos (UBS) del atri­bu­lado Credit Suisse, la se­gunda en­tidad fi­nan­ciera del país, que perdió en una se­mana 10.000 mi­llones de dó­lares en de­pó­sitos en medio de ru­mores sobre su falta de li­qui­dez. El BNS acla­raba que la ope­ra­ción se hace con la asis­tencia del go­bierno fe­deral suizo, el Supervisor Suizo del Mercado Financiero, y el propio banco na­cio­nal.

También el BNS consiguió el apoyo concertado a la operación de los principales bancos centrales, como el BCE y el Banco de Inglaterra, que prometieron inyectar liquidez al sistema, si fuera preciso. Teóricamente, el primer banco suizo, UBS, abonará 3.000 millones de francos suizos por el segundo banco, el Credit Suisse, cifra que parece más teórica que real, dada la fórmula compleja de la operación.

Pese al intento de evitar que el anuncio descalabre este lunes los mercados financieros internacionales, las bolsas europeas reaccionaron con mucha cautela y desconfianza. Hubo pérdidas generalizadas aunque no tan graves como podrían haber sido si la fusión de los dos bancos suizos no se hubiese anticipado. A media mañana, esas pérdidas e habían convertido en ganancias moderdas.

Operación muy cara

En rueda de prensa el domingo noche, responsables del banco central suizo afirmaron que UBS tendrá la liquidez que necesite. Incluso especificaron que, por la ley de quiebras bancarias, tendrá acceso a una línea excepcional de 100.000 millones de francos suizos con carácter de acreedor privilegiado de acuerdo con la Ordenanza de Emergencia del Consejo Federal. Pero, por añadidura podrá acceder a otros 100.000 millones de francos suizos suplementarios garantizados por el BNS con el respaldo de una garantía federal.

El producto interior bruto de Suiza (PIB) es de 659.800 millones de dólares y el CH equivale a 1,09 dólares. Es decir, que 200.000 millones de CH equivalen a 218.000 millones de dólares, más del 33% del PIB del país. La dimensión sistémica de ambos bancos no guarda correlación alguna con la dimensión de la economía del país. Una preocupación que ha sido motivo de debate en el pasado en el seno del Banco de Pagos Internacionales de Basilea (BIS, por sus siglas en inglés.

Sangría de depósitos

Mientras los reguladores bancarios atendían a la crisis del Silicon Valley Bank (SVB), del First Republic y del Signature Bank en Estados Unidos, en la periferia de la zona del euro el Banco Nacional de Suiza (BNS) fue incapaz de detener la sangría de depósitos del CS pese a anunciar una línea de liquidez de 50.000 millones de Francos Suizos para asistir a su liquidez del pero no logró calmar a los mercados financieros.

El Banco Central Europeo (BCE) mientras anunció el jueves que mantenía su política de incremento de tipos de interés con un 0,5% adicional afirmando que no hay motivos para suponer un contagio en Europa de la epidemia que afecta al sector bancario. Parece una mentira piadosa si se tiene en cuenta que, a escala global, el sector de la banca ha perdido más de 50.000 millones de dólares de capitalización bursátil en una semana. Habrá que ver cómo reciben hoy los mercados la medicina heroica del Consejo Federal de Suiza, esta es una cuestión de estado, con la asistencia del BNS.

Una crisis prefigurada

Si se presta un poco de atención a la nota de prensa que el BCE difundió el 23 de febrero para anunciar sus resultados en el 2022 se pueden detectar algunos de los elementos que prefiguran la crisis potencial que se cierne sobre el sector financiero. El banco emisor, que es en realidad un club de bancos centrales de momento bien avenido que mantiene la unidad de mercado a expensas de una moneda única, no obtuvo en 2022 beneficios.

En realidad el banco dice que el beneficio fue cero, es decir neutro mientras que en 2021 obtuvo un beneficio de 192 millones de euros. Pero, también afirma que este resultado incorpora una salida de reservas de 1.627 millones de euros de la provisión para riesgos financieros para cubrir las pérdidas acumuladas a lo largo del año. Una operación algebraica ficticia le permite decir al Consejo del Banco que la pérdida fue cero, pero en realidad sus reservas para quebrantos financieros pasó de 8193 millones de euros a 6566 millones de euros. Vaya, que el BCE perdió el 20% de sus reservas para quebrantos.

El origen de estas pérdidas surge de la carga de intereses de los pasivos del sistema Target2, de la pérdida de valor de acciones en cartera denominadas en euros, y la pérdida de valor de activos en dólares. Los ingresos del BCE por intereses fueron de 900 millones el año pasado comparado con 1.566 millones un año antes.

Atención al dato, los pasivos del sistema Target2 totalizaron el año pasado 2.075 millones de euros comparado con 22 millones de euros un año antes. Lo impresionante de esta escalada es que se produjo entre el 27 de julio de 2022 y el 31 de diciembre de ese año por el incremento de tipos de interés de referencia del BCE que atrajeron depósitos del sistema bancario europeo. Los ingresos por intereses debido al aumento del rendimiento de la deuda en manos del BCE se ha reflejado en un aumento hasta los 1.534 millones (2021:1006 millones) mientras los intereses por activos en otras monedas crecieron hasta los 798 millones (2021:197 millones). Pero el aumento del rendimiento de la deuda se expresa en una caída en el precio de la misma ya que el rendimiento es la diferencia entre el precio que se paga por la deuda y su valor nominal al vencimiento.

Vaya problema

Esta es la guinda de la tarta. Este elemento ha llevado a una pérdida por desvalorización de la deuda en euros y dólares en la cartera del BCE de 1.840 millones de euros. Esto quiere decir que la pinza que llevó a la quiebra del SVB y ha desatado la tormenta sobre el Credit Suisse ya estaba prefigurada en el balance del BCE.

Los datos definitivos del balance para 2022 estarán disponibles el 23 de mayo. Veremos qué datos nos añaden. Lo cierto es que la política monetaria de la Reserva Federal y del BCE para combatir la inflación no es neutral. Trae consecuencias, y no se trata de consecuencias banales.

De acuerdo con los datos de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) los bancos europeos tienen en sus balances 3,1 billones de euros en bonos y obligaciones públicas. Pero estas tenencias están valoradas al menos en un 60% a precios de amortización en el que no se descuentan las pérdidas latentes si los bancos tuvieran que vender esos activos para aumentar su liquidez. De acuerdo con los datos de la EBA, Eurostat y Banco de España elaborados por FUNCAS la banca en España tiene 317.000 millones de euros en bonos y obligaciones públicas cuya pérdida potencial sería del orden de los 190.000 millones de euros.

El fracaso del BCE

A finales de 2022 el balance consolidado del Eurosistema, activos y pasivos del sistema del euro que comprende a los bancos centrales nacionales y las posiciones del BCE frente a terceros, era de 7.956 miles de millones, es decir 7,9 billones de €. En 2021 el balance era de 8.564 miles de millones, es decir 8,5 billones de €.

Una diferencia de 600.000 millones que se debe a la amortización a término de parte de la deuda adquirida en las operaciones LTRT y otras similares. Pero la reducción del balance en realidad se vio amortiguada porque los activos para la política monetaria aumentaron 224.000 millones hasta los 4.937 miles de millones, es decir 4,9 billones (2021 4.713 miles de millones).

El Programa de Adquisición de Activos (APP, por sus siglas en inglés) sufrió un incremento en el saldo hasta los 3.254 miles de millones (+130.000 millones de €) y el programa de emergencia de adquisición de activos para la pandemia (PEPP) creció en 100.000 millones hasta los 1.681 miles de millones. Mientras tanto el incremento de los tipos de interés no ha hecho mella en los niveles de inflación, entre otras cosas porque la supuesta eficacia de este sistema está por probarse. A la Reserva Federal las cosas también le han salido muy mal.

Depósitos garantizados

Para evitar que la corrida sobre los depósitos se acentúe, y para salvar a las empresas con importantes depósitos en el sistema bancario, por ejemplo en el SVB, el Gobierno anunció que garantiza todos los depósitos cualquiera que sea su importe. El sistema de garantía estadounidense es de hasta 250.000 dólares.

Esto implica una garantía ilimitada y su efecto es aumentar el balance de la Reserva Federal, es decir que mientras se suben los tipos de interés para frenar la inflación la Reserva Federal emite moneda que tiene un efecto inflacionario. Lo mismo ocurre con el BCE, y bastaría una corrida sobre los depósitos en el Eurosistema para que una inyección de liquidez de emergencia se llevara por delante todos los esfuerzos restrictivos.

Ocurre que así como no se puede combatir de forma eficiente la deflación con instrumentos monetarios, algo que ya verificó Franklin Roosevelt en el año 1933 comprando oro en el mercado primario para subir los precios de la producción agraria, controlar la inflación sin una depresión económica en un inmenso océano de dinero sin destino rentable es virtualmente imposible.

El ajuste del precio de los activos, sobrevalorados de forma universal, sólo será el resultado de una crisis severa que lleve a los precios a niveles reales. Los bancos centrales no parecen en condiciones de forzar esa depresión sin pagar duras consecuencias.

Una prueba de ello es que la lucha del BCE contra la caída de los precios fue inyectar dinero que no elevó los precios de las materias primas y las manufacturas sino que infló el precio de los activos de inversión. Estamos rodeados de empresas cuyos beneficios no son suficientes para hacer frente al vencimiento de sus créditos y que sin embargo muestran cotizaciones en bolsa absolutamente irracionales. Esto incluye el mundo de las start up y el universo de las criptomonedas.

La caída en la demanda de crédito por el alto coste del endeudamiento amenaza los precios altos en el sector inmobiliario y el de las manufacturas, pero también es el anuncio de una crisis económica. La falta de ingresos por la caída de la demanda de crédito en la banca supone una merma potencial de ingresos por intereses que pueda compensar la caída en el valor de las carteras de deuda.

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