Los ex­pertos creen que viene un pe­ríodo de ra­len­ti­za­ción que puede ser largo

La crisis bancaria cierra la ventana de liquidez en deuda y operaciones corporativas

El nuevo es­ce­nario de tipos de in­terés obliga a re­con­si­derar la es­tra­tegia

Credit Suisse
Credit Suisse

Es hora de hacer un primer ba­lance de los daños ge­ne­rados por la crisis ban­caria a uno y otro lado del Atlántico. El abrupto final de Silicon Valley Bank, el cierre de Signature Bank y el res­cate de First Republic en la pri­mera eco­nomía del mundo, y la ope­ra­ción de sal­va­mento de Credit Suisse, con un coste que puede su­perar los 50.000 mi­llo­nes, pese a su venta al UBS, forman un cóctel ex­plo­sivo. Tanto que será im­po­sible de di­gerir en unos cuantos me­ses.

Eso es lo que piensan en los cuarteles generales de los grandes bancos de inversión en los que se generan emisiones de deuda, operaciones corporativas (fusiones y adquisiciones) o salidas a bolsa, y donde la moral está por los suelos. Ya se descuenta que el segundo trimestre del año, con una primavera por delante que suele ser muy prolífica en operaciones está, salvo milagro, prácticamente perdido.

Ahora toca una tarea que los profesionales de este ramo han tenido que hacer en demasiadas ocasiones en los últimos tres años. Episodios como el estallido del Covid-19, la guerra de Ucrania, la abrupta subida de los tipos de interés y ahora la crisis financiera obligan a hacer una reevaluación de todas las coordenadas. Sencillamente, nada es como era el pasado 9 de marzo, antes del colapso de SVB.

Para empezar, hay que aceptar que el escenario de tipos de interés cambia drásticamente. Desoyendo mensajes como el lanzado desde grandes entidades como Société Générale -duramente castigada en bolsa en los peores días de la crisis bancaria-, el Banco Central Europeo (BCE) ha subido los tipos de interés 50 puntos básicos hasta el 3,5%. Pero ya ha advertido de que lo que venga a partir de ahora dependerá del estado de salud de la banca.

"Creo que el BCE ha querido hacer una demostración de fuerza, lanzar al mercado la idea de que el sector financiero europeo está sano y que se puede seguir dando prioridad a la batalla contra la inflación. Pero creo que difícilmente podrá seguir el ritmo en un escenario como el actual. Los bancos han sufrido un gran varapalo en Bolsa -los españoles se han llegado a dejar cerca de 20.000 millones de euros de valor de mercado- y están bajo la lupa", señalan fuentes financieras.

Reunión clave de la Fed

Será clave la reunión del próximo 22 de marzo de la Reserva Federal, que va a servir para medir hasta qué punto puede apretar la institución a sus bancos con mayores problemas de financiación tras el 'caso SVB'. Hasta entonces, se trata de contener la respiración y de cruzar los dedos para que a los episodios luctuosos en la banca de los últimos días no les sucedan nuevas réplicas. La capacidad de contagio es una incógnita a día de hoy.

Lo que es indiscutible es que, a estas horas, todo parece indicar que el crédito a empresas se va a encarecer -la banca va a aquilatar mucho más el riesgo- y será sensiblemente más restrictivo. Malo para un sector de capa caída como el capital riesgo que lo fía todo a las posibilidades de un apalancamiento atractivo, y malo para las empresas que quieren emitir deuda y ven como el mercado les requiere tipos de interés más altos.

Y malo, claro está, para el negocio de M&A, porque con el futuro del precio del dinero en el aire, las valoraciones que hace 10 días valían ya no sirven de referencia. En un contexto de máxima incertidumbre -dan miedo los bandazos de índices como el Euríbor, capaz de bajar un 9% un día y subir un 4% el siguiente-, todo apunta a que el mercado de fusiones y adquisiciones va a seguir bajo mínimos hasta el verano.

"Hay dos escenarios. Uno, que haya más sustos en la banca. Eso provocaría el estrangulamiento total del mercado. El otro es que la crisis financiera se supere sin más contratiempos y que se vaya recuperando la normalidad en los mercados. Aún así, en el mejor de los casos el negocio de M&A seguiría sufriendo porque ya viene de un primer trimestre de muy poca actividad, al menos en lo que a grandes operaciones se refiere", señalan fuentes de la banca de inversión.

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