De hecho, la economía norteamericana creó 311.000 empleos en febrero, menos que el mes anterior. El paro subió dos décimas hasta el 3,6%, con lo que el desempleo se alejó del mínimo registrado en enero, cuando se crearon 517.000 puestos de trabajo.
En términos anuales, la economía estadounidense experimentó un crecimiento del 2,7% de su PIB en el cuarto trimestre y un 2,1% en el conjunto de 2022,
Lo previsto
En el centro de este contexto, la Reserva Federal estadounidense se situaba ante la reunión decisiva de este miércoles cuyo resultado no sorprendió ni mucho menos en el clima de enorme tensión en el sector financiero..
Cumplida la previsión del mercado, los dos bancos centrales han hecho algo en común: hacer una demostración de fuerza subiendo tipos a pesar de la crisis financiera en marcha. El BCE, durante el proceso de rescate de Credit Suisse -que tiene luces y sombras, como que los dueños de los CoCos van a perder toda su inversión- y la Reserva Federal mientras JP Morgan trata de salvar los muebles de First Republic Bank.
"Los bancos centrales quieren mandar al mercado un mensaje de que las crisis bancarias de los últimos 10 días son puntuales y que no hay un fallo sistémico. Quieren demostrar que se puede combatir la inflación mientras se refuerza a los bancos con problemas. Pero este es sin duda un equilibrio muy difícil de mantener con la que está cayendo", señalan en una de las mayores gestoras españolas.
Crisis de confianza
Con una crisis de confianza creciente, los bancos centrales tienen que cubrirse la cabeza sin destaparse los pies en un escenario de enorme volatilidad en los mercados. Descubiertos los efectos perniciosos -sobre todo en Estados Unidos- de una subida de tipos de interés brutal en muy poco tiempo, el mercado cree que se ha llegado al punto de inflexión. Que el euribor haya bajado desde el 4% hasta el 3,3% en sólo 10 días así lo demuestra.
El mercado cree que los movimientos al alza de los bancos centrales en marzo -a la espera de que se confirme el de la Reserva Federal- serán los últimos al menos durante esta primera mitad del año. "Nadie puede descartar ahora réplicas de los colapsos de bancos que hemos vivido en los últimos días. Una parte de la banca está bajo sospecha y ya hemos visto como la desconfianza se puede llevar por delante a un banco sistémico como Credit Suisse", señalan fuentes financieras.
Si la crisis financiera es de corto alcance y la inflación no remite, no se puede descartar que los tipos vuelvan a subir en la segunda mitad del año. Pero el mercado da por hecho que no lo harán, en ningún caso, al ritmo que se preveía hace apenas dos semanas y que los propios bancos centrales se habían encargado de difundir con alegría y que la realidad -en forma de colapsos bancarios- se ha encargado de desmontar casi completamente.
De lo que anticipa el euribor se puede deducir que, en el caso de Europa, el BCE pierde armas para luchar contra la escalada de los precios. Tendrá que hacer todo un juego de equilibrios, el mismo que, incluso en mayor medida, se ve obligada a hacer la Reserva Federal en la reunión que termina hoy y que afronta bajo máxima presión. En la encrucijada, los dos bancos centrales se enfrentan al más difícil todavía.