Según la compañía, España será en los próximos años uno de los mercados residenciales más seguros del mundo con una de las ratios de nueva oferta per cápita más bajos desde la crisis financiera, con una fuerte reducción del apalancamiento y con unos precios muy atractivos. Todo ello se traduce en una mayor asequibilidad en el escenario actual.
La cotizada española prevé así alcanzar unos ingresos totales superiores a los 600 millones de euros este año y rondar los 700 millones en 2024 y 2025 para superar de largo los 700 millones ya en 2026. Para alcanzar esos objetivos espera realizar más de 2.500 entregas este año y más de 2.000 anuales hasta el final del plan.
Si se cumplen estas expectativas su Ebitda se moverá en las inmediaciones de los 140 millones de euros este mismo año y prevé mantenerlo por encima de los 100 millones en los próximos ejercicios. De este modo, las previsiones apuntan a un beneficio neto de 90 millones de euros en 2023, 65 millones en los dos siguientes años, y más de 70 millones en 2026.
La mayor eficiencia de los recursos propios le permitirá generar valor al accionista a través del reparto de dividendo. La compañía abonará un total de 600 millones de euros. Neinor Homes destinará además más de 1.000 millones de euros a adquisiciones de suelo “eficientes y oportunistas” durante este período. Para contribuir a este ambicioso objetivo ha creado una nueva línea de negocio de coinversión tanto para “build-to-sell", “build-to-rent" y “senior living” con la que busca crecer y seguir optimizando su balance a la vez que mejora retornos.
Cifras que han servido para sacar de la atonía en la que había entrado el valor en las últimas semanas. Tras llegar a perder más de un euro desde el mes de febrero y rebajar su rentabilidad anual a la mínima expresión, las acciones de Neinor han reaccionado en estos días para recuperar la cota de los 9 euros lo que anticipa una nueva fase alcista hasta los máximos del año.