Invertir en re­no­va­bles, re­cortar deuda y afrontar los cam­bios re­gu­la­to­rios, una agenda desafiante

Reynés (Naturgy) apuesta por expandir el negocio exterior ante el menor margen en España

El pro­yecto Géminis es su reto em­pre­sa­rial para sus nuevos cuatro años de man­dato

Francisco Reynés, presidente de Naturgy.
Francisco Reynés, presidente de Naturgy.

El pre­si­dente de Naturgy, Francisco Reynés, acaba de ser re­ele­gido en la junta de ac­cio­nistas para otros cuatro años de man­dato en los que afronta si­tuar a la em­presa ener­gé­tica en la ór­bita in­ter­na­cio­nal. La apuesta por las re­no­va­bles, el con­trol de la deuda y com­pa­ti­bi­lizar los cam­bios re­gu­la­to­rios con la ac­ti­vidad em­pre­sa­rial de la com­pañía serán tres de los prin­ci­pales ob­je­tivos tras su re­elec­ción. Aunque, sin duda, ce­rrar el pro­yecto Géminis es una de sus asig­na­turas pen­dien­tes.

Tal y como esperaba, Reynés ha recibido el respaldo del consejo de administración para acabar los proyectos que se ha marcado con su equipo directivo. “Mi ilusión sería seguir trabajando más tiempo en esta compañía y con este equipo, pero es el consejo quien tiene la facultad de renovarme”, respondió el presidente con motivo de la presentación de los resultados de 2022.

Tras la reelección, convertir Naturgy en una compañía mucho más internacional y menos apegada al negocio interno doméstico es una de las principales tareas del alto ejecutivo de la energética en un momento con profundos cambios regulatorios. Además, la propia reforma del mercado eléctrico obligará al grupo a ser mucho más competitivo para lo que tendrá que afrontar un periodo de inversiones importantes en el terreno de las renovables.

Ahora bien, aunque el apalancamiento de la deuda es sostenible, la compañía tiene en este punto un reto importante, máxime cuando el consejo de administración ha acordado el pago de 1,2 euros por acción con cargo a los resultados de 2022 y mantener al alza la retribución al accionariado.

Reducir deuda y adaptar el balance

“Reducir la deuda y preparar el balance para el futuro de impulsar fuerte las inversiones, será uno de nuestros objetivos” afirmó Reynés en la presentación de los resultados de 2022. “Nos hemos instalado en un nivel de rating Triple B y debemos dotar a la compañía de la solidez necesaria para afrontar cualquier eventualidad o cualquier oportunidad de crecer”, dijo en el mismo acto.

Y es que, al igual que al resto de las eléctricas, la crisis energética y los continuos cambios regulatorios han puesto a prueba la capacidad de la compañía para mantener los resultados. La guerra de Ucrania y Rusia ha obligado tanto a Naturgy como al resto a buscar nuevos focos de aprovisionamientos de gas y tener que gestionar con mayor intensidad los contratos de suministro con la argelina Sonatrach.

Por ese motivo, los continuos cambios regulatorios que se han producido por la inestabilidad en los precios y los vaivenes de los mercados internacionales obligarán a la compañía a modificar el plan estratégico aunque, en palabras del propio Reynés, todo dependerá de la reforma eléctrica que se pacte en Bruselas.

Las buenas relaciones con Argelia

Pese a la inseguridad que se ha producido en los suministros de gas, la relación de Naturgy con Argelia se ha fortalecido y el suministro de gas no peligra, ya que se dan una serie de circunstancias que juegan en su favor. En primer lugar, Naturgy es para el gobierno argelino un cliente muy fiable y la propia fórmula de pago denominada take or pay, que obliga a retirar y pagar todo el gas contratado, da a la compañía un plus de seguridad. Un segundo aspecto positivo es que Sonatrach es accionista de la energética con más de un 4% del capital. Y tercero, ambas empresas forman parte del proyecto Medgaz, lo que implica una relación de partenariado.

Todos estos intereses comunes van a favorecer, sin duda, la negociación del precio del gas que Naturgy y Argelia tienen sobre la mesa para 2023. “La negociación no va a resultar nada fácil pero tenemos muchos intereses comunes que van a facilitar los pasos”, sostiene el presidente.

Por el lado de las inversiones, Naturgy espera alcanzar este año los 2.700 millones, lo que supone un 50% más sobre la cifra de 1.907 millones registrada en 2022. El volumen de caja de la compañía y el recorte de la deuda permitirán a la compañía afrontar los nuevos objetivos, tal y como ha señalado el presidente, Francisco Reynés.

España será el principal país de destino de estos 2.700 millones de euros y Estados Unidos está en la lista de países preferidos, después de la nueva normativa anunciada por el presidente Joe Biden. Australia es otra de las regiones donde la energética ha puesto la mirada. Paralelamente, la energética está abierta además a aprovechar las oportunidades que se presenten. Dos terceras partes de las inversiones se la llevarán los proyectos renovables.

El proyecto Géminis sigue adelante

En cuanto al proyecto Géminis, el presidente ha avalado la decisión de escindir la compañía en dos pero ha señalado que la situación creada por el conflicto bélico de Rusia y Ucrania ha obligado a aplazar el proyecto. Hace un año, Naturgy anunció un plan de escisión en dos sociedades, proyecto que debía culminarse a finales del ejercicio.

“El plan ocurrió dos semanas antes de producirse una situación convulsa que nos ha obligado a aplazar. Sigue siendo una idea válida pero nos encontramos ante una coyuntura muy compleja por lo que hemos adoptado un criterio de prudencia. Seguimos pensando que la idea es válida, pero lo haremos en su momento”, ha comentado Reynés. El presidente de Naturgy ha pasado, en cambio, por alto este asunto en la junta de accionistas.

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